El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso una nueva flexibilización de los encajes bancarios con el objetivo de inyectar liquidez al sistema financiero y sostener la tendencia a la baja de las tasas de interés
La medida regirá a partir del 1° de noviembre y busca dinamizar la economía tras el reciente escenario electoral.
A través de la Comunicación A 8350, la autoridad monetaria que dirige Santiago Bausili estableció que el cálculo del efectivo mínimo —conocido como encaje bancario— pasará a ser mensual.
Esto implica que las entidades financieras deberán cumplir con el requisito de encaje en función del promedio mensual de sus saldos diarios, en lugar de hacerlo día por día como hasta ahora.
No obstante, el BCRA mantendrá un piso diario del 95% sobre el total de los depósitos a la vista en pesos (cuentas corrientes y cajas de ahorro).
Un movimiento para aliviar el apretón monetario
Esta decisión se suma a una serie de medidas impulsadas por el Gobierno para relajar las condiciones monetarias que habían llevado los encajes a niveles récord —los más altos en tres décadas— durante la gestión libertaria.
El objetivo es favorecer la liquidez del sistema, permitir un mayor flujo de crédito y contribuir a la baja gradual de las tasas de interés.
Según explicó el BCRA, el nuevo esquema apunta a “brindar flexibilidad sin comprometer la estabilidad del sistema financiero”.
De acuerdo con C5N, la modificación busca también acompañar la estrategia económica post electoral, tras una licitación de deuda en la que el Tesoro solo logró un rollover del 57%, liberando cerca de $5 billones al mercado.
Qué son los encajes bancarios y por qué importan
Los encajes bancarios representan un porcentaje de los depósitos que los bancos —y también los fondos money market de billeteras virtuales— deben mantener inmovilizados en el Banco Central.
Cada vez que un cliente realiza un depósito, una parte de esos fondos se transfiere al BCRA y queda “encajada”, es decir, no puede utilizarse para otorgar préstamos ni inversiones.
La proporción actual de encajes promedia el 53,3%, lo que refleja un nivel todavía alto en comparación con otros períodos.
Con esta flexibilización, el Central busca un equilibrio entre asegurar solvencia bancaria y liberar recursos que permitan dinamizar la economía.
La decisión del Banco Central de flexibilizar los encajes marca un cambio de rumbo en la política monetaria, orientado a estimular la actividad económica y sostener la baja de tasas sin comprometer la estabilidad del sistema financiero argentino.
 
									 
					



