El plantel de Boca Juniors muestra visible preocupación por el estado de salud de su director técnico Miguel Ángel Russo, quien continúa internado en su domicilio con pronóstico reservado, afectando el ánimo general en los entrenamientos de Ezeiza.
Aunque el equipo mantiene el profesionalismo en sus rutinas diarias, el semblante cabizbajo de jugadores y cuerpo técnico evidencia el impacto emocional que genera la delicada situación de salud del entrenador de 69 años. La delegación comenzó la mañana del martes con trabajos en el gimnasio y luego realizó prácticas de campo, pero el ambiente dista mucho de ser el habitual en el predio de Ezeiza.
El Intento de Visita y la Comunicación Permanente
Los referentes del plantel, liderados por Leandro Paredes, gestionaron activamente la posibilidad de realizar una visita a Russo para acompañarlo en su lucha contra la enfermedad. Sin embargo, por indicaciones médicas específicas, el encuentro finalmente no pudo concretarse. Hasta hace pocos días, las partes mantenían una comunicación permanente vía telefónica, lo que permitía al plantel estar al tanto de la evolución del entrenador.
El Legado de Russo como Guía
A pesar del natural bajón emocional, el plantel encuentra fortaleza en el legado y los valores que Russo inculcó desde su llegada al club. Puertas adentro, todos saben que el técnico quiere más que nadie que «sigan trabajando», una consigna que llevó como bandera a lo largo de toda su carrera. Este mensaje del líder, que ha ganado un respeto absoluto de propios y ajenos, sirve como guía para mantener la rutina de trabajo a pesar de la difícil circunstancia.
La situación de Russo no solo afecta al plantel profesional sino a todo el Mundo Boca, generando una ola de solidaridad y apoyo hacia el experimentado técnico que enfrenta uno de los momentos más desafiantes de su vida. Información extraída del medio TyC.