Mayans intenta reunir dos tercios en el Senado para impedir la privatización de Nucleoeléctrica.
El senador formoseño impulsa un acuerdo urgente para evitar que el Gobierno avance con la entrega de las centrales nucleares al sector privado tras el pacto con Open IA.
Mayans se planta ante Milei y el decreto 695/25
El jefe del bloque peronista, José Mayans, pasó el fin de semana largo en una intensa ronda de llamados desde Formosa, intentando reunir los dos tercios del Senado necesarios para impedir la privatización de Nucleoeléctrica Argentina S.A., la empresa estatal que opera las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse.
El gobierno de Javier Milei, a través del decreto 695/25, busca abrir la compañía al capital privado tras el reciente acuerdo con Open IA, que promete invertir 25 mil millones de dólares en la Patagonia para desarrollar el proyecto Stargate, un gigantesco centro de datos que demandaría consumos extraordinarios de agua y energía.
Para abastecer ese proyecto, el Ejecutivo se comprometió a entregar parte de la generación de Nucleoeléctrica, dirigida actualmente por el economista Demian Reidel, quien acercó al país la misteriosa empresa Sur Energía, señalada por Sam Altman (CEO de Open IA) como “una de las más grandes de Argentina”.
Según informó La Política Online, el objetivo del gobierno sería habilitar un acuerdo entre Nucleoeléctrica y Sur Energía para proveer la energía que el proyecto Stargate requeriría.
“Queremos blindar las centrales nucleares argentinas”
Desde su provincia, Mayans confirmó a LPO su intención de “llegar a los dos tercios” en la sesión del próximo jueves, donde buscará declarar “inenajenable” a Nucleoeléctrica y frenar su privatización.
“Queremos blindar las centrales nucleares argentinas y evitar que sean entregadas al capital extranjero”, enfatizó el senador formoseño.
La urgencia se debe a que esta sesión podría ser la última antes de las elecciones del 26 de octubre, ya que la semana siguiente los legisladores se dedicarán a sus cierres de campaña. “No va a andar nadie por el Senado”, reconoció una fuente parlamentaria.
La oposición cuenta votos, el oficialismo busca tiempo
Hasta el momento, el interbloque de Unión por la Patria (UP) reúne 41 votos dispuestos a respaldar la iniciativa de Mayans para impedir la privatización que promueven Milei y Reidel. En la lista figuran los 34 senadores propios, además de Martín Lousteau, Pablo Blanco, Guadalupe Tagliaferri, y representantes de Misiones y Santa Cruz.
Sin embargo, el bloque necesita 47 votos para alcanzar los dos tercios.
Desde la UCR, su presidente Eduardo Vischi habría mostrado disposición para apoyar la iniciativa de declarar inenajenable a Nucleoeléctrica, aunque en la última sesión se negó porque “el tema se quiso meter por la ventana”.
En el kirchnerismo, sin embargo, desconfían del verdadero compromiso radical y observan con atención los movimientos de Vischi y Carlos “Camau” Espínola.
“Ellos hablan con Santiago Caputo”, se quejan fuentes peronistas, recordando que el exregatista logró colocar un hombre propio en Yaciretá.
El rol de Santiago Caputo y las maniobras en el Senado
De acuerdo con un senador que mantiene diálogo con el oficialismo, Santiago Caputo, principal asesor de Milei, busca recuperar influencia en el Senado mediante aliados como Espínola y Juan Carlos Romero.
“Volvemos para frenar el Senado hasta las elecciones y vamos a parar la ley que limita los DNU”, habría dicho uno de los interlocutores del asesor presidencial.
Una de las estrategias del bloque de Espínola sería enviar el proyecto a comisiones, lo que desinflaría las chances de tratarlo sobre tablas y ralentizaría la votación.
El desafío de lograr los votos
Desde el peronismo reconocen que alcanzar los dos tercios no será sencillo, pero aseguran que insistirán al menos con modificar la Ley 26.122, que regula los decretos de necesidad y urgencia.
En ese caso, bastaría con mayoría simple (37 votos sobre 72), lo que permitiría condicionar la avanzada privatizadora del Ejecutivo.
Mientras tanto, el tiempo corre y el Senado se prepara para una sesión clave que podría definir el futuro de las centrales nucleares argentinas y la influencia extranjera en la energía atómica nacional.