El descubrimiento de Vitosaura colozacani en La Rioja amplía la distribución de abelisaurios y redefine lo que se conocía sobre los grandes depredadores prehistóricos.
En los áridos paisajes de La Rioja, Argentina, un equipo internacional de paleontólogos descubrió una nueva especie de dinosaurio carnívoro que obliga a repensar la historia evolutiva de los depredadores prehistóricos en Sudamérica.
Se trata de Vitosaura colozacani, un abelisaurio del Cretácico tardío que amplía el mapa de distribución de este grupo más allá de la Patagonia. El hallazgo fue publicado en la revista Ameghiniana, de la Asociación Paleontológica Argentina.
“El descubrimiento de Vitosaura colozacani amplía la distribución geográfica y la diversidad de los abelisaurios en Sudamérica”, declaró Harold Fernando Jiménez Velandia, geólogo colombiano y miembro del equipo de paleontología del CRILAR del Conicet en La Rioja, en entrevista con Infobae.
El nombre del dinosaurio combina un homenaje local con una referencia geográfica: “Vitosaura” honra a Victoria “Doña Vito” Romero, figura histórica de Los Llanos riojanos, mientras que “colozacani” remite al Valle de Colozacán, lugar exacto del hallazgo.
Por qué importa el hallazgo
Este descubrimiento representa un hito en la paleontología porque confirma la presencia de abelisaurios fuera de la Patagonia, con implicaciones para la comprensión de su distribución y diversidad. El equipo, liderado por Jiménez Velandia junto a científicos de Argentina, Brasil y Reino Unido, detalló:
“Es la segunda especie de abelisauridae nominada del noroeste argentino. Resulta novedoso en el sentido que amplía la distribución biogeográfica y diversidad del grupo”.
Hasta ahora, los abelisaurios sudamericanos tenían como referencia la Patagonia, aunque había registros fragmentarios en Brasil, Chile y Colombia, y algunos en el noroeste argentino. El ejemplar, catalogado como CRILAR-Pv 506, incluye vértebras dorsales, parte del sacro, ilion, pubis e isquion, ofreciendo una base anatómica suficiente para definir un nuevo género dentro de los abelisauridae.
El análisis filogenético y anatómico permitió identificar rasgos únicos: “Entre los rasgos distintivos se encuentra un pubis que se afina hacia su extremo distal, una característica no observada en otros ceratosaurios conocidos, y una ranura transversal en la espina neural de las vértebras dorsales, compartida solo con algunos abelisaurios de Madagascar y Patagonia”.
El hallazgo demuestra que estos depredadores también prosperaron en ambientes semiáridos del noroeste argentino hace unos 80 millones de años, durante el Cretácico tardío.
Los investigadores destacaron los desafíos de la recuperación: “El mayor reto fue poder llegar a los afloramientos portadores de fósiles, ya que el monte chaqueño dificulta mucho el acceso a los afloramientos: es muy cerrado y espinoso. Sin embargo, en la región de Tama los afloramientos son un poco más accesibles”. A esto se sumó la dureza extrema de la roca, que requirió el uso de martillos neumáticos y retroexcavadora para extraer los restos, seguidos de un prolongado trabajo de laboratorio.
El descubrimiento de Vitosaura colozacani redefine los depredadores prehistóricos sudamericanos y amplía la comprensión sobre la diversidad y distribución de los abelisaurios fuera de la Patagonia, consolidando a La Rioja como un sitio clave en la paleontología continental, Según Infobae.




