En una medida extrema para paliar la escasez de soldados, Ucrania permite que convictos salgan de prisión a cambio de alistarse y combatir contra Rusia.
«No me condenarán por matar», es la frase que define esta polémica estrategia.
La libertad como recompensa en el campo de batalla
Según información originalmente publicada por el medio BBC, para reclusos como Andrii Askerov y Roman Chech, condenados por tráfico de drogas, la Colonia Penal nº 4 era su hogar. Sin embargo, una ley ucraniana les abrió una puerta inesperada: unirse al ejército a cambio de su libertad. Tras un mes de entrenamiento, estos hombres están destinados a luchar «hasta que acabe la guerra». La motivación principal es salir de la cárcel, pero también buscan redención y, en algunos casos, venganza.
Un nuevo ejército de exconvictos
Esta iniciativa no es para todos los delitos. Quedan excluidos quienes cometieron asesinatos múltiples, violencia sexual, corrupción o traición. Aun así, más de 10.000 presos se han incorporado a las filas ucranianas. Formarán parte de una nueva fuerza de asalto anunciada por el presidente Zelensky, donde los drones y la infantería son clave. Sin embargo, el precio es alto: el director de la Colonia Penal nº 4 revela que la mitad de los primeros 1.000 voluntarios ya han muerto.
«Sabemos pelear»: La moral y la realidad del frente
En una base militar en el sur de Ucrania, los exprisioneros heridos como Oleksii, de 37 años, se recuperan. Él, quien cumplía una condena por contrabando, argumenta que los exreclusos son mejores soldados: «¡Aquellos que son reclutados hay que sacarlos del seno materno! ¡Nosotros sabemos pelear!». Andrii Andriichuk, otro exconvicto, resume crudamente la situación: «Sé matar y aquí no me condenarán por ello». La moral en estos grupos es alta, mezclando un sentimiento patriótico con el alivio de haber escapado de la prisión.
¿Patriotismo o pragmatismo? La polémica está servida
La comparación con la táctica rusa de reclutar presos es inevitable. No obstante, el viceministro de Justicia ucraniano, Evhen Pikalo, defiende la medida: «Hay una gran diferencia… los ucranianos se movilizan por sentimientos patrióticos». Pikalo insiste en que el objetivo es la «resocialización» y no la explotación, otorgando libertad condicional, no indultos. En un contexto donde la paz se aleja, Ucrania se enfrenta al dilema moral de liberar delincuentes para fortalecer su defensa, una búsqueda de soldados que se profundiza cada día. Información extraída del medio BBC.