Después de suspender el ajuste en octubre, el Gobierno retoma los ajustes parciales por inflación, aunque el grueso de los incrementos se aplicará en el transcurso de 2026, según el Presupuesto
El Gobierno dispuso un aumento en los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono que comenzará a aplicarse a partir de esta medianoche en las naftas y el gasoil que se expende en todas las estaciones de servicio del país, con lo que retomó la política de ajustes parcial que había suspendido en octubre, antes de las elecciones legislativas.
La medida se concretó a través del decreto 782/2025, publicado hoy en el Boletín Oficial, y al igual que en otros meses, el ajuste no es total sino parcial, con lo que aún quedan pendientes de aplicación futuros incrementos que se prevé ir incorporando de manera paulatina a lo largo de 2026, según se desprende el proyecto de ley de Presupuesto presentado el 15 de septiembre.
En el cálculo de gastos y recursos presentado por cadena nacional por el presidente Javier Milei, se proyecta una mejora en los ingresos tributarios totales del 8,2% en términos reales, pero la suba prevista en Combustibles es del 50,6%.
Los ajustes pendientes de aplicación corresponden a varios meses de inflación de 2024 y 2025 y, según estimaciones de analistas del sector energético, el total de esos aumentos tendría un impacto en los precios de naftas y gasoil de aproximadamente un 15%, lo que explica los ajustes parciales y paulatinos.
Los aumentos de noviembre
Los ajustes establecidos para noviembre tendrán un impacto variable en el precio de venta al público por tratarse de sumas fijas y no porcentajes.
En el caso de las naftas (virgen y sin plomo), el cargo será de $15,557 por litro en concepto de impuesto a los Combustibles Líquidos y de $0,953 por el de Dióxido de Carbono.
Por su parte, para el gasoil el aumento será de $12,639 ($6,844 por tratamiento diferencial en la región patagónica) y $1,441, respectivamente.
La incidencia en los precios es difícil de mensurar, ya que se aplica a diferentes valores de venta según producto, marca y localización geográfica.
Asimismo, desde mediados de año las empresas adoptaron políticas de precios móviles en función de la demanda horaria (micropricing) y dejaron de estar obligadas a comunicar con anticipación los nuevos valores de venta al público.
Más de cuatro años de postergaciones
La ley 23.966 estableció que los dos impuestos se deben ajustar con una periodicidad trimestral en función del Índice de Precios al Consumidor (IPC), pero en el segundo tramo de la Presidencia de Alberto Fernández se resolvieron sucesivas suspensiones de esos aumentos, con el objeto de evitar un traslado a precios, lo que le dejó a Milei una “herencia” de dos años sin ajustes.
Si bien en un principio la administración libertaria estableció un mecanismo gradual de actualización, desde el segundo semestre de 2024 cambió de parecer y reestableció en parte la modalidad que había utilizado Fernández, postergando nuevamente los incrementos impositivos.
Pero si no media una modificación en la ley, esos ajustes pendientes deberán aplicarse en algún momento y eso es lo que anticipa el proyecto de ley de Presupuesto.
Qué impacto tendrá en los precios
El ajuste pendiente es evaluado entre los analistas del mercado de combustibles cercano a un impacto del 15% promedio en los precios de naftas y gasoil, si bien está sujeto a cambios por tratarse de una suma fija aplicada a diferentes precios base.
Asimismo, para estimar de cuánto sería el aumento en 2026 deben incluirse en el cálculo a otros tres componentes del precio final de los combustibles, como son la paridad peso-dólar, la cotización internacional del barril de petróleo en su variante Brent y los ajustes periódicos de los precios mínimos de adquisición del biodiésel (para el gasoil) y bioetanol (para las naftas).
En consecuencia, además de los impuestos, habrá que estar atentos a la cotización del petróleo, la soja, el maíz y la caña de azúcar, sin olvidarse de las variaciones en el precio del dólar.
Y por si no alcanzara, también habrá que seguir la evolución del resultado fiscal, ya que se estima que la no aplicación de los ajustes impositivos representa un costo en ingresos de cerca de USD 2.000 millones. Información extraída de BAE Negocios.
 
									 
					



