Crecen los casos de violencia en crianzas argentinas según informes oficiales y académicos.
Los últimos informes oficiales y académicos alertan sobre el incremento sostenido de prácticas violentas en los hogares argentinos, que van desde castigos físicos hasta agresiones verbales.
Las cifras reflejan un impacto directo en la salud emocional, cognitiva y social de niñas, niños y adolescentes. La información se extrajo según informó La17.
Cifras y denuncias oficiales
La Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema registró 65.065 chicos víctimas de violencia en los últimos 17 años, equivalente a diez denuncias diarias. Aproximadamente el 30% de las más de 216.000 personas atendidas eran menores, lo que evidencia la magnitud y persistencia de los patrones familiares dañinos. Las denuncias abarcan desde malos tratos cotidianos hasta abuso sexual.
Encuestas académicas confirman la tendencia
El Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral señala que el 35,4% de los niños de 1 a 14 años recibió castigo físico, mientras que 6,6% sufrió golpes con objetos. Además, más de la mitad de los menores fue víctima de agresiones verbales. Solo 30,6% accede a métodos de disciplina respetuosos basados en explicación y acompañamiento.
La decana del Instituto de Ciencias para la Familia, Lorena Bolzon, explicó que las cifras reflejan únicamente los casos denunciados, y que hay muchos más no reportados.
Factores que influyen en la violencia familiar
Los especialistas destacan que relaciones familiares conflictivas, falta de habilidades parentales y consumos problemáticos son detonantes frecuentes. La pérdida de redes de apoyo y la dificultad para identificar emociones agravan los vínculos cotidianos y la crianza.
UNICEF resalta que casi 6 de cada 10 chicos crecen en hogares con prácticas violentas, y que en familias numerosas la violencia física aumenta, mientras que uno de cada cuatro adultos no explica por qué su comportamiento fue incorrecto, generando confusión en los menores.
Impacto en la salud y educación
La violencia en la crianza se refleja en riesgos de depresión, ansiedad, ideación suicida y dificultades de aprendizaje. La educación primaria muestra brechas significativas vinculadas a la pobreza y a la capacidad familiar de sostener trayectorias escolares, según las evaluaciones Aprender 2024. Se destaca la importancia de políticas públicas, acompañamiento social y sistemas de denuncia accesibles para generar entornos seguros.
Nuevas amenazas: violencia digital
Aunque solo 1% de las denuncias corresponde a agresiones digitales, el ciberbullying, grooming y acoso en redes se presentan como desafíos crecientes. Las tecnologías dificultan el diálogo entre adultos y niños, y el anonimato facilita vulneraciones que pueden derivar en riesgos presenciales.
El aumento de la violencia en las crianzas refleja un fenómeno extendido que requiere intervención constante de organismos de protección, políticas públicas efectivas y apoyo social. Solo con entornos respetuosos y cuidados será posible garantizar el bienestar integral de la infancia argentina.




