El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, aseguró este viernes que Washington no forzará un acuerdo de paz a Ucrania, incluso mientras se desarrollan conversaciones internacionales en Miami para intentar poner fin a la guerra con Rusia.
Las declaraciones del jefe de la diplomacia estadounidense buscan despejar dudas sobre la postura de la administración Trump, que ha impulsado un plan que podría exigir concesiones territoriales a Kiev. «No habrá un acuerdo de paz a menos que Ucrania lo acepte», afirmó Rubio. Según la agencia internacional Deutsche Welle (DW), el funcionario rechazó de plano la idea de que Estados Unidos busque imponer condiciones.
Diálogos en Miami: un esfuerzo internacional con un plan en debate
Las conversaciones, que se extienden durante el fin de semana en Miami, son encabezadas por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y su yerno, Jared Kushner. Reúnen al principal negociador ucraniano, Rustem Umerov, y a altos funcionarios de aliados clave como Reino Unido, Francia y Alemania.
El marco general de estas negociaciones es el plan impulsado por los emisarios del presidente Trump, que contempla ofrecer garantías de seguridad a Ucrania a cambio de una posible cesión de parte de su territorio, una opción que genera un fuerte rechazo en gran parte de la sociedad ucraniana. Rubio señaló que podría unirse a los diálogos en su ciudad natal este sábado.
El rechazo a la imposición y el contexto de la ofensiva rusa
Las palabras de Rubio surgen en un momento crucial. Horas antes, durante su conferencia de prensa anual, el presidente ruso Vladimir Putin prometió continuar con la ofensiva militar y aseguró que el fin del conflicto depende de Kiev y sus socios occidentales.
Frente a esto, el secretario de Estado fue enfático al aclarar la posición estadounidense: «Toda esta narrativa de que estamos tratando de imponerle algo a Ucrania es ridícula». Explicó que el rol de Estados Unidos no es el de un forzador, sino el de un facilitador: «No podemos obligar a Ucrania a llegar a un acuerdo. No podemos obligar a Rusia a llegar a un acuerdo. Tienen que querer llegar a un acuerdo», acotó.
Un camino incierto hacia la paz
Las declaraciones de Rubio buscan equilibrar la presión política interna por alcanzar una solución con el compromiso público de respetar la soberanía de Ucrania. Mientras las conversaciones avanzan en Miami, la postura oficial de Washington intenta distanciarse de cualquier percepción de coerción hacia Kiev.
Sin embargo, el plan promovido por los enviados de Trump, que incluye concesiones territoriales, sigue siendo el telón de fondo de las negociaciones. El desafío para la diplomacia estadounidense será conciliar su promesa de no imponer nada con la realidad de un plan de paz que exige decisiones extremadamente difíciles a Ucrania, todo mientras Rusia mantiene su postura bélica y la guerra continúa en el terreno.




