En 2024, Argentina registró 4.027 muertes por siniestros viales, lo que equivale a un promedio de 11 víctimas fatales diarias.
Aunque la cifra representa el número más bajo en más de una década, el impacto sigue siendo crítico, sobre todo en las regiones del norte del país, según datos de Primera Edición.
Distribución territorial de los accidentes
El análisis territorial revela diferencias significativas entre provincias. Buenos Aires lidera con 869 víctimas fatales, seguido por Córdoba (345), Santa Fe (315) y Tucumán (205). Sin embargo, al considerar la tasa por cada 100.000 habitantes, las peores cifras se concentran en Santiago del Estero (14,9), Misiones (14,5), La Rioja (14,5) y Jujuy (14,1).
Más de la mitad de los incidentes mortales ocurrieron en rutas nacionales y provinciales (52%), un 28% en calles urbanas, un 14% en avenidas y solo un 4% en autopistas. El tipo de siniestro más frecuente fue la colisión entre dos vehículos (57%), seguido por atropellos a peatones (13%) y vuelcos (11%).
Motocicletas y perfil de las víctimas
Uno de los datos más preocupantes es que el 46% de las víctimas fatales viajaba en moto. En regiones del NOA y NEA, más del 60% de las muertes viales involucraron motociclistas, reflejando la exposición y vulnerabilidad de este medio de transporte.
El perfil de las víctimas se mantiene constante: varones jóvenes de entre 15 y 34 años, con predominancia de motociclistas (46%), automovilistas (24%), peatones (11%) y ciclistas (4%).
Horas críticas y factores de riesgo
Los momentos más peligrosos del día son entre las 6 y 7 de la mañana, y entre las 19 y 21 horas, coincidiendo con inicio y finalización de actividades laborales y escolares.
El 90% de los siniestros se relaciona con errores humanos prevenibles: exceso de velocidad, distracción, consumo de alcohol, fatiga o incumplimiento de normas de tránsito. Estados emocionales como enojo o ansiedad aumentan hasta un 30% la probabilidad de accidentes graves.
Cambio cultural y prevención
Especialistas coinciden en que la transformación cultural es clave para reducir la siniestralidad. Respetar límites de velocidad, usar casco y cinturón, evitar alcohol al volante y fomentar educación vial desde la familia y la escuela son pilares fundamentales para disminuir víctimas. La seguridad vial debe convertirse en un tema cotidiano y colectivo.




