El secretario del Sindicato de la Alimentación, Juan Bautista Ortiz, describió una situación crítica en el sector pesquero de la Patagonia. Con el cierre de la empresa Río Salado y la paralización industrial en San Antonio Oeste y Sierra Grande, cientos de trabajadores quedaron sin empleo y sin cobrar lo que les corresponde.
“Esta empresa se fue, no le pagó a los trabajadores lo que corresponde —la indemnización, quincenas, vacaciones—. Se hicieron reuniones en la Secretaría de Trabajo sin solución, y lo único que nos quedó fue iniciar la demanda judicial”, señaló Ortiz.
El gremio, con el patrocinio del abogado Gastón Suracce, impulsa acciones judiciales para reclamar los salarios adeudados. Según el dirigente, “no hay indicios de reactivación ni inversores interesados”, aunque se registraron movimientos sospechosos en la planta. “Incluso trascendió que se están llevando cajones y equipamiento”, agregó.
Ortiz sostuvo que cualquier intento de reabrir la fábrica deberá saldar primero las deudas con los siete trabajadores que siguen sin cobrar. “No se puede empezar como si nada hubiera pasado”, advirtió.
La situación pesquera es dramática. “Río Salado era la única que traía pescado de Nación. Hoy sólo se procesa un residuo mínimo para harina, lo que genera graves problemas económicos. La producción se desplomó y los salarios quedaron estancados”, explicó.
Actualmente solo operan algunas cooperativas sin convenio colectivo, lo que limita la intervención sindical. “Las cooperativas trabajan con socios, no con empleados bajo convenio. El sindicato no puede hacer mucho. Solo Pesquera San Salvador mantiene unos 20 trabajadores y RB Raz sigue en Sierra Grande”, detalló.
El dirigente apuntó también contra la veda pesquera en el Golfo San Matías, vigente hace dos años por la sobreexplotación de recursos. “Estamos en emergencia, no quedó pescado. Lo poco que había era la cuota social de merluza, que se duplicó, pero ni siquiera se captura. Lo más triste es que la cuota provincial de Río Negro se transfiere a Santa Cruz mientras acá no tenemos trabajo,” lamentó.
En otro tramo de la entrevista, Ortiz criticó duramente la reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional. “Es una amenaza directa a los derechos históricos de los trabajadores. Van por las leyes laborales, las indemnizaciones y hasta el derecho de huelga,” advirtió.
Sin embargo, aseguró que “no será fácil avanzar contra los derechos conquistados” porque el movimiento obrero “tiene herramientas y organización para resistir”. “Mientras existan sindicatos fuertes, no podrán llevar adelante un retroceso semejante,” afirmó.
El sindicalista anticipó que los gremios deberán estar atentos ante el intento oficial de acelerar reformas tras el recambio legislativo. “Se vienen tiempos difíciles. Irán también por las jubilaciones. Será duro, pero estamos preparados para defender nuestros derechos,” sostuvo.
Ortiz vinculó estas políticas con un objetivo político: “Quieren destruir a los sindicatos primero para después ir por los convenios y la justicia laboral.” Rechazó además la campaña mediática que busca desprestigiar al sindicalismo. “Si un dirigente roba, debe ir preso, pero no se puede meter a todos en la misma bolsa”, subrayó.
“Los gremios fuertes evitaron que los trabajadores sean esclavos,” expresó, y pidió reactivar la producción para frenar la pérdida de empleo. “Ojalá se revierta, pero mientras tanto seguiremos defendiendo a los trabajadores,” concluyó. Información extraída de LA17.




