La provincia del Chubut avanza en la elaboración de un mapa provincial que permita identificar la presencia de vinchucas y prevenir la transmisión del Mal de Chagas.
La iniciativa es impulsada por el Gobierno provincial y cuenta con financiamiento compartido junto al CONICET, involucrando a especialistas en biología y entomología para fortalecer la vigilancia epidemiológica.
El proyecto y los especialistas involucrados
El investigador Germán Cheli y el licenciado en Biología Facundo Zaffaroni explicaron que en la provincia se encuentran vinchucas autóctonas de la Patagonia y otras especies provenientes del norte del país, generalmente transportadas a través de la leña. Algunas de estas vinchucas pueden transmitir la enfermedad, según Radio Chubut.
Zaffaroni detalló: “Las vinchucas se alimentan exclusivamente de sangre y pueden confundirse con otros insectos que no representan riesgo sanitario. Las más distintivas tienen bandas amarillas y negras”. Además, recordó que cualquier hallazgo puede ser reportado mediante la aplicación GEOVIN, donde especialistas provinciales analizan las imágenes enviadas por la población.
Características de las vinchucas y riesgos
Cheli señaló que se reconocen por su cuerpo flaco, cuello largo y pico recto y robusto, a diferencia de otras chinches con pico curvo. Hasta el momento, no se detectaron vinchucas infectadas con Chagas en Chubut, aunque sí se han recibido reportes de su posible presencia.
Los especialistas subrayaron que la vinchuca no nace con la enfermedad, sino que se contagia al picar personas o animales infectados, como perros. La transmisión se produce cuando el insecto pica, defeca y la persona se rasca, facilitando la entrada del parásito. Ante una picadura, se recomienda acudir a un centro de salud y, si es posible, enviar el insecto para su análisis.
Prevención y desmitificación de estigmas
Cheli y Zaffaroni enfatizaron que el Chagas no está ligado directamente a la pobreza, sino a factores como la presencia de mascotas afuera, gallineros y el desorden en el hogar. “La prevención comienza con información, orden y limpieza”, coincidieron los expertos. La educación y la vigilancia temprana son herramientas esenciales para reducir el riesgo de transmisión y proteger a la comunidad.




