El gobierno de Estados Unidos se comprometió formalmente a defender la soberanía de Guyana ante posibles agresiones de Venezuela, cuya histórica disputa por la región del Esequibo ha recobrado una intensa tensión geopolítica.
La declaración de la embajadora estadounidense en Georgetown llega en medio de un masivo despliegue militar estadounidense en el Caribe, que Caracas denuncia como una “agresión en preparación” .
La embajadora Nicole Theriot fue contundente al afirmar ante la prensa: “En caso de un incidente desafortunado, nos comprometemos a estar al lado de Guyana en defensa de su país (…) para proteger su soberanía”. Theriot destacó la importancia estratégica de la alianza, señalando que Guyana es un socio «muy, muy importante» para Washington .
Intereses petroleros y poder militar en el trasfondo de la crisis
El compromiso de Estados Unidos no es una declaración aislada. Se produce en un contexto donde las principales empresas energéticas del mundo, lideradas por el consorcio de ExxonMobil, Chevron y la China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), operan en las vastas reservas petroleras de Guyana, que posee las mayores reservas per cápita del mundo.
Se espera que la producción del país supere el millón de barriles diarios a fines de esta década, un objetivo en el que también participan otras gigantes como TotalEnergies, Petronas y Qatar Energy.
La retórica defensiva está respaldada por una demostración de fuerza concreta: una flotilla militar estadounidense que incluye al portaaviones más grande del mundo patrulla el mar Caribe. Washington justifica el despliegue como parte de la lucha contra el narcotráfico, una narrativa que el gobierno de Nicolás Maduro rechaza y califica como una amenaza directa .
Los analistas ven un ataque venezolano como «altamente improbable»
A pesar de la escalada verbal y militar, analistas especializados en la región consideran que una acción militar venezolana contra Guyana es extremadamente remota. Evan Ellis, especialista en América Latina del US Army War College, calificó un ataque de «altamente improbable» debido a la «respuesta abrumadora» que provocaría por parte de Estados Unidos y sus aliados .
Ellis argumentó que sería «difícil imaginar una capacidad naval o aérea venezolana que no sería eliminada rápidamente» en un escenario de confrontación directa. El analista fue más allá al estimar que, de lanzar un ataque, el presidente Nicolás Maduro «firmaría la sentencia de muerte de su régimen» por las consecuencias políticas y militares que desencadenaría .
El panorama en la región sigue siendo volátil. Mientras la embajadora Theriot confirmó que Washington evalúa «continuamente» todas las posibilidades para garantizar la seguridad de Guyana, Venezuela mantiene movilizados miles de efectivos en sus estados fronterizos . El conflicto por el Esequibo, un territorio de 160,000 km² rico en recursos, continúa siendo uno de los puntos más candentes de la geopolítica sudamericana, con una superpotencia global ahora comprometida explícitamente con uno de los bandos. Información extraída del medio DW.




