El papa León XIV concluyó su histórica visita al Líbano este martes con una emotiva misa al aire libre ante más de 150.000 fieles en el paseo marítimo de Beirut.
El pontífice peruano-estadounidense cerró su primer viaje internacional con un poderoso llamado a la paz, la reconciliación y la esperanza para una nación marcada por crisis y conflictos. Las imágenes del encuentro muestran una multitud ondeando banderas libanesas bajo un cielo despejado, en un acto de profunda fe comunitaria.
«¡Sé profecía de paz para todo el Levante!»
Ante la imponente congregación, el papa dirigió un mensaje directo al país. Con fuerza, dijo:»Líbano, ¡sé morada de justicia y de fraternidad! ¡Sé profecía de paz para todo el Levante!».
En su homilía, subrayó un punto crucial: «Oriente Medio necesita nuevos enfoques para rechazar la mentalidad de venganza y de violencia». También agregó que se debe «superar las divisiones políticas, sociales y religiosas».
Este llamado tuvo una resonancia especial. Sucedió en una nación donde la comunidad católica, aunque todavía es significativa, ha disminuido. De hecho, ahora representa menos del 30% de la población, un cambio notable en las últimas décadas.
Visita a un país en crisis y a víctimas del puerto de Beirut
Un llamado a la unidad y a «desarmar los corazones»
Frente a las divisiones que afectan al país, el papa instó a los libaneses a «encontrar las pequeñas luces que brillan en lo hondo de la noche» y a no «ceder a la lógica de la violencia ni a la idolatría del dinero». Su mensaje más contundente fue un llamado a la acción colectiva: «Cada uno debe poner de su parte y todos debemos unir nuestros esfuerzos para que esta tierra pueda recuperar su esplendor. Y solo hay una forma de hacerlo: desarmemos nuestros corazones, dejemos caer las armaduras de nuestras cerrazones étnicas y políticas».
Con esta misa multitudinaria, el papa León XIV selló una visita de tres días que buscó llevar esperanza a un pueblo fatigado por las adversidades. Su partida deja un eco de sus palabras, un llamado a la reconciliación que busca sembrar semillas de paz en un terreno históricamente fértil para la fe, pero también para el conflicto. El desafío para el Líbano será ahora traducir ese mensaje espiritual en una realidad política y social tangible. Información extraída del medio DW.




