La jueza María Laura Martini rubricó este lunes la sentencia que condena a prisión perpetua a Pablo Fernando Moyano por el femicidio de la auxiliar docente Myrna Maidana.
La resolución formaliza el veredicto de culpabilidad emitido la semana pasada por un jurado popular, que lo declaró responsable del asesinato ocurrido el 11 de junio de 2024 en la vivienda de la víctima.
La jueza penal de Rawson, María Laura Martini, dio un paso final decisivo en un caso que conmovió a Chubut. Este lunes, formalizó la condena a prisión perpetua para Pablo Fernando Moyano por el brutal femicidio de Myrna Maidana, de 54 años. La sentencia confirma el veredicto unánime de culpabilidad que doce vecinos de Rawson, integrantes de un jurado popular, habían emitido días atrás.
El fallo judicial calificó el crimen como «homicidio triplemente agravado», considerando que la justicia probó tres agravantes clave. En primer lugar, la existencia de una relación de pareja previa entre el imputado y la víctima. Además, se estableció que el crimen se cometió en un contexto de violencia de género. Finalmente, el asesinato fue perpetrado con el propósito de asegurar la impunidad del autor, quien intentó simular un robo.
Una causa que conmovió a Rawson y a toda la provincia
El proceso judicial y el cierre de un capítulo doloroso
El juicio oral, que comenzó el 10 de diciembre, tuvo la particularidad de desarrollarse bajo el sistema de juicio por jurados, donde la decisión final recayó en doce ciudadanos de Rawson. Tras escuchar dos jornadas de testimonio, incluido el del propio Moyano —quien en un momento reconoció su responsabilidad—, y las pericias científicas, los jurados deliberaron y llegaron a un veredicto unánime en apenas dos horas y media.
En su sentencia, la jueza Martini también ordenó que Moyano continúe detenido bajo prisión preventiva hasta que la condena a perpetua adquiera firmeza legal. Asimismo, dispuso el destino de los elementos secuestrados durante la investigación, que serán destruidos o devueltos según corresponda.
La condena pone fin a un proceso judicial que la familia y la comunidad esperaban con intensidad, y que siempre exigió la máxima pena. Más allá del cierre institucional, el caso de Myrna Maidana deja en evidencia, una vez más, la extrema violencia que puede desencadenar el machismo y el control sobre las mujeres, y la importancia de que la justicia responda con todo el peso de la ley. Información extraída del medio La17.




