El llanto, la desesperación y el miedo de un niño de 3 años despertó ayer mucha impotencia entre los habitantes del complejo de departamentos de La Rural y efectivos policiales de la Seccional Segunda. Es que intentaron hacer lo posible para que el niño no se arrojara por una ventana de la planta alta. Lo habían dejado encerrado en un departamento.
Alrededor de las 13, un llamado alertó al Comando Radioeléctrico de que un niño que había sido dejado encerrado y en soledad, se quería arrojar por la ventana desde un primer piso.
Según la información recabada por El Patagónico, una vecina observó cuando el niño que lloraba sacó la mitad de su cuerpo para arrojarse y lo calmó con palabras afectivas. La contención de la mujer fue vital en los primeros minutos de desconcierto del nene que decía que tenía miedo y buscaba salir de cualquier modo de la vivienda.
La mujer como pudo lo calmó y le pidió que ingresara nuevamente a la casa. Pero el niño no quería entrar porque tenía miedo. Había intentado abrir la puerta y al estar cerrada se asustó. Se encontró solo y comenzó a llorar.
Con el correr de los minutos llegaron efectivos policiales de la Seccional Segunda y mujeres de la Policía Comunitaria que desde la vereda comenzaron a hablarle al niño para que no se tirara al vacío. Un policía le pidió que abriera una banderola de la vivienda que daba a un pasillo interno, pero el niño dijo que no podía y continuó llorando.
EN LA CORNISA
Los efectivos treparon por la parte interna hacia el techo del departamento en busca de realizar alguna maniobra de rescate desde lo alto. Pero sin cuerdas ni arneses no podían hacer mucho más que acercarse al niño y calmarlo.
Una vecina les facilitó el acceso a su propiedad para que trataran de pasar de un departamento al otro por la cornisa. Pero en esas maniobras arriesgaban aún más vidas sin los elementos de seguridad. En medio de la desesperación, y cuando habían transcurrido unos 15 minutos, se alertó a Bomberos Voluntarios, pero antes de que los rescatistas se alistaran llegó corriendo una mujer que la policía presume era la madre del niño.
La mujer quizás alertada por alguien del vecindario llegó corriendo y subió directo al departamento y se encerró junto al niño. Una oficial de la Seccional Segunda junto a sus compañeros subieron hasta el departamento para tratar de dialogar con ella, pero ésta se rehusó a abrirles la puerta.
De esa manera, tras la insistencia de la policía, la oficial decidió realizar un informe sobre la riesgosa situación a la que se expuso al niño y, según informó, le dará intervención a la Asesoría de Menores.
Un periodista de este diario tocó el portero del departamento, pero tampoco nadie contestó. Ya no se escuchaban los llantos y tampoco se percibían movimientos en el departamento.
La situación puso de manifiesto la irresponsabilidad de quien debía estar al cuidado del niño, pero también la falta de recursos de rescate en las filas policiales.
El Patagónico