Bety tiene 45 años. A los 16 fue secuestrada en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Vivió cautiva muchos años de su vida. Fue víctima de torturas y violaciones. Tenía que soportar que unos 50 hombres por día pasaran por su cuerpo. Sus dos hijos fueron fruto de un abuso en plena adolescencia. “No sirvo como persona, como mujer. Como pareja no sirvo. No siento nada. Ellos mismos me quemaban la vagina cuando quería escapar”. Todo lo vivido lo transforma en experiencia. Es ahora promotora en la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos.
Con motivo de un Congreso que se realizó en la zona, estuvo en Trelew y aceptó la entrevista con Jornada. “Fui víctima de trata. Empecé en la organización para entender que como mujer tengo derechos. Soy promotora. Hice cursos. Estoy en contacto con mujeres en situación de prostitución. Realizo trámites en las escuelas para sus hijos, saco turnos en el hospital y lo que necesiten”, describió.
A Bety la secuestraron. “A los 16 años fui víctima de trata. Me encerraron en un lugar. Mis hijos desaparecieron. Y ya tenía 2, por una violación. Me encerraron. Vivía a torturas, violaciones. Tenía que soportar unos 60 hombres por día. Te obligaban a hacer lo que decían. No veía ni la ropa, quienes eran, ni cuanta plata hacían. Te mandan también a la calle, en las esquinas. No te podés escapar porque te controlan. Todo pasó de los 16 a los 30 años”, reveló.
Aseguró la mujer que no tuvo en esa situación ningún tipo de ayuda. “Todo lo que hice, fue por mi cuenta. Cuando fui a la denuncia me la tomaron pero me llevaron de nuevo con el proxeneta. Me escapé, me recuperaron mis hijos pero volví a una esquina porque no tenía ayuda económica”.
La pesadilla continuó durante varios años. En 2009 se decidió a acercarse a la Organización AMADH. “Pedí ayuda. Económicamente estaba mal. Quería estudiar. Hasta hoy no lo puedo hacer. Tengo 45 años. Hacemos videos y revistas de prevención de trata”, sostuvo.
Transmite a través de sus palabras la advertencia las mujeres respecto a que los proxenetas no tienen preferencias por nada. “Ellos agarran lo que venía. No tienen un perfil de mujeres. Todas corren peligro. Había paraguayas, tucumanas, correntinas. De todos lados”, aseveró.
Bety al dar su testimonio tiene por objetivo ayudar a quienes están pasando por el mismo infierno que vivió ella. Brinda información a quien lo necesite. “Queremos salvar más mujeres. No queremos a la prostitución como trabajo. No la consideramos como tal. No estamos de acuerdo. Son muchas torturas. No sirvo como mujer. Como pareja no sirvo. No siento nada. Son muchos años. Es daño psicológico también. Ellos mismos me quemaban la vagina cuando querías escapar. Te lesionaban. Las piernas”.
Ella es víctima de trata pero en medio de tanto dolor, agradece poder contarlo. “Me estropearon la vida a mí y a muchas mujeres. Muchas están muertas. No sé ni donde estuve solo así, me cambiaban en distintos lugares. Me llevaban con los ojos tapados. Llegaba como bolsa de papas y pasaban 50 o 60 tipos por día. No comía. Solo prendían la luz y te levantaban cuando llegaban clientes”.
Reiteró el giro que tuvo en su vida ser parte ahora de AMADH. “Antes yo prefería estar en una esquina en lugar de ir a la organización. Pero un día quise informarme. La prostitución era un trabajo para mí. Ahora entiendo que no lo es. Hay que repudiarlo”.
Violencia de género
Estela es colombiana y acompañó a Bety en la entrevista. Ella es víctima de violencia de género. Es también promotora de AMADH y destaca que “es un sitio donde se trata de rescatar a la mujer que está en situación de prostitución y secuestro. Esta organización sirve para quienes sufrimos violencia. Nos ayudan a entender que todas tenemos los derechos pero no los conocemos. Los tenemos que saber cuando estamos siendo violentadas”.
Advirtió la mujer que cuando la violencia invade la vida “uno está ciego. Hablo por mi experiencia. Cuando se llega a la organización se abre una puerta diferente. Allí se aprende. He visto que se logró sacar personas de esa situación. Han salido, lo han logrado. Es un gran paso. La mujer se vuelve mucho más fuerte. Aprende de la vida desde otro lado”, sostuvo.
Prevención de la mujer
Miriam Vázquez es referente de Mujeres de Pie en Trelew. Participa activamente en todas las actividades que se impulsan para ayudar a mujeres que estén inmersas en el círculo de la violencia, se asesora respecto a las situaciones de trata y repudia la prostitución. “No es un trabajo”, resalta. Destacó la sentencia obtenida en el caso Alika en Usuahia en la que se logró condenar a un proxeneta. “Le decimos no a la reglamentación de la prostitución. Es el hecho de violencia y tortura más violento que sufre una mujer”.
Vazquez advirtió que desde AMADH se trabaja “en la prevención e la mujer. El trabajo es muy importante. Se recorre las noches rescatando a las mujeres en situación de prostitución”.
Se refirió a los casos de trata que están siendo investigados en Trelew. “Dijeron que esto se pone de moda. Que es como todo. No es así. Quien dijo esto, es falso. Es visibilizar. El sol no se puede tapar con la mano. Los involucrados tienen que saltar. Son grandes redes. Está muy bueno que se allane. Que la justicia haga su trabajo. Que el responsable pague. Si hay una mujer presa seguro ha sido victima, explotada y ultrajada. Detrás de todo esto, hay hombres machistas que viven del cuerpo de las mujeres. Que caiga quien tenga que caer. Queremos proxenetas presos”.
Jornada