En los últimos días se hizo viral en las redes sociales la carta de un joven comodorense que decidió contar su experiencia sobre la paternidad con tan solo 17 años. Relató cómo pudo superar el miedo y revertir la situación para comenzar a trabajar y sacar a su familia adelante.
Matias Ezequiel Beaute tiene 19 años, y hace pocos días decidió escribir en su cuenta de Facebook una carta donde contaba su experiencia de haberse convertido en el papá de Emily, con tan solo 17 años. A las pocas horas ya había sido compartida por más de 130.000 personas.
El joven vive en Comodoro Rivadavia y aseguró a El Patagónico que decidió contar lo que él había vivido luego de ver y conocer distintos casos de padres adolescentes donde los abuelos son los que se hacen cargo del bebé o que solo comparten fotos con sus hijos en redes sociales y no le dedican tiempo de calidad.
«Cuando me enteré que iba a tener una hija, no estaba muy a gusto», comienza relatando Matias, al explicar que con 17 años no tenía trabajo, ni había terminado la escuela, se levantaba tarde todos los días sin pensar siquiera en una carrera universitaria o en su futuro. Y reconoce que con 17 años estaba a tiempo para cambiar.
Sin embargo, cuando llegó la noticia de que iba a tener una hija, tuvo que cambiar bruscamente «madurar, pensar en tu hijo, en que si no trabajo, ni estudio no iba a poder darle nada a mi hija, y tenía miedo de que le falte la comida, los pañales, la ropita», escribió. Además del temor de no ser un buen padre «porque nunca tuve uno y no tenía ejemplos a seguir, aunque si una mamá de fierro que siempre estuvo y si sé que sacar de ella», aseguró.
Matias tenía algo claro, no quería que los abuelos sean los responsables de cubrir las necesidades de su hija: «y así fue, empecé a trabajar de albañil hasta que un día me pregunté qué hago trabajando de esto, hasta que el actual marido de mi madre me hizo entrar en una pizzería, tampoco me gustaba mucho y cada día pensaba: estoy perdiendo el tiempo si no estudio voy a tener 30 años y voy a estar trabajando de esto».
Los horarios no le coincidían para terminar la escuela y pensaba en su deseo de ser policía- sueño que aún no descarta- pero el destino lo llevó al Ejercito «es lo más cercano a la fuerza sin tener secundario, hice los papeles y me llamaron para el ingreso, ya paso un año y medio que esto, y me va bien, obra social y sueldo fijo. Me gusta mi trabajo, pero no es lo que quiero a futuro, puedo terminar la escuela, solo queda un año nomas. Cuesta estudiar trabajar y ser padre a la vez, pero sé es lo mejor para mí y mi hija», relató.
Y luego agradeció el esfuerzo y dedicación de su pareja desde hace cinco años y madre de su pequeña: «es una excelente mamá, gracias a ella mi hija es una princesa, se dedica solo a ella y nunca le hace faltar nada que es lo que más vale para mí».
Y luego agradeció el esfuerzo y dedicación de su pareja desde hace cinco años y madre de su pequeña: «es una excelente mamá, gracias a ella mi hija es una princesa, se dedica solo a ella y nunca le hace faltar nada que es lo que más vale para mí».
En fin, la vida de Matias cambió por completa con la llega de Emily que está cerca de cumplir dos años: «pasé de ser un vago a levantarme a las 5 de la mañana, llegar a las 6 de la tarde a casa e irme a la escuela y llegar 11 de la noche, pero siempre que llego está ella, mi hermosa princesa esperándome y eso es lo que me levanta. Si yo puedo todos pueden, no hay excusas de salgo a robar y vendo drogas para mantener a mis hijos. Con esfuerzo y sacrificio se puede vivir bien y siempre la humildad ante todo. Espero seguir haciendo las cosas bien. Un hijo de joven no te caga la vida, al contrario te cambia la vida si uno quiere y así como uno tiene los huevos para embarazar a una mujer, que los tenga para levantarte todos los días a las 6 de la mañana e ir a trabajar, para que cuando esa boquita tenga que comer. Espero no ofender a nadie, hay papás excelentes y nunca faltan los que cuando da positivo desaparecen», finalizó.
Luego, sorprendido por la repercusión de su carta, Matias decidió agradecer el apoyo de muchas personas allegadas y de quienes sin conocerlo, decidieron escribirles.
El Patagónico