La Comisión de Industria y Comercio del Senado desarrolló la primera de una serie de reuniones con especialistas técnicos y ambientalistas para escuchar los fundamentos a favor y en contra sobre la construcción de una central nuclear en Río Negro, acordada por el presidente Mauricio Macri con el Gobierno de China, quien financiará el proyecto.
Después que el lunes se realizara la Cumbre Ambiental en Chubut donde se rechazó de manera masiva la posibilidad de instalar una central nuclear en la provincia de Río Negro, la Comisión de Industria y Comercio del Senado abrió un debate en dónde se exponen los fundamentos a favor y en contra de la misma.
En ese sentido, el senador por Chubut Somos Todos, Alfredo Luenzo, sostuvo que la convocatoria será un debate muy sensible ya que los legisladores de la Patagonia estamos muy preocupados por esta situación ante la falta de información de datos técnicos. Sabemos que hay opiniones distintas incluso dentro de la Patagonia argentina».
«El debate que tenemos que dar primero es, si es necesario; segundo si esto le genera algún beneficio a la región patagónica y el tercer punto tiene que ver con la seguridad respecto a la instalación de la central nuclear, si genera riesgos como ha pasado en otras partes del mundo. Antes de tomar una decisión queremos que la sociedad tenga toda la información posible y se puedan agotar todas las dudas respecto a este tema, enfatizó el legislador.
En el encuentro estuvieron presentes Verónica Garea, ingeniera nuclear y directora ejecutiva de la Fundación INVAP (Investigación Aplicada), y Enrique Viale, integrante de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (AAdeAA).
Este último manifestó: se supone que la instalación de la central nuclear sería en Sierra Grande, aunque aún se está evaluando el lugar, tendrían 8 lugares pero todo se maneja en un estricto secreto de la magnitud necesaria que sorprende a la población.
«Es la espada de Damocles sobre la cabeza de los patagónicos que no mereció ni un debate. Esto lejos de ser así, los pobladores de la Patagonia, se enteraron por los medios de comunicación y generó una rápida reacción, agregó Viale.
Asimismo, el integrante de la (AAdeAA) recordó que en 1986 se intentó instalar un basurero nuclear en Gastre, Chubut, pero gracias a la resistencia de la población se dio marcha atrás con proyecto. Esa lucha se vio reflejada en la reforma de la Constitución Nacional de 1994 en su último artículo que prohíbe expresamente el ingreso de residuos radiactivos al país, informó.
EL AGUA DULCE PARA REFRIGERAR
Garea, en tanto, explicó que la instalación de la planta nuclear requiere de ciertos requisitos técnicos y que es una de las pocas actividades industriales que tiene consenso de acuerdo a sus procesos que se elaboran de manera colaborativa en el Centro Nacional de Energía Atómica.
La especialista también aseguró: todas las formas de obtención de energía liberan gases de efecto invernadero y aunque todas las energías son necesarias también lo es la nuclear, y no dependen del entorno. La eólica si depende del entorno por el viento».
Además, la física destacó que la energía nuclear no es el futuro sino el presente y que es necesario utilizar el agua dulce para la tecnología de refrigeración terciaria destinada que lleva el calor al ambiente y luego se convierte en energía eléctrica como también es liberada al medio ambiente.
Hay que recordar que en principio la planta nuclear se instalaría sobre los márgenes de río Colorado, que comparten Río Negro y La Pampa. «En Argentina usamos la tecnología de curso de agua dulce, no usamos las torres de enfriamiento que emiten vapor. Y se requiere un curso de agua importante, informó Garea.