La fauna marina y la calidad de las aguas de las playas de Puerto Madryn encuentran un complemento turístico ideal en los paseos por el casco urbano de esta localidad chubutense, a través de los cuales es posible conocer importantes vestigios históricos y culturales de las comunidades que habitaron esta ciudad patagónica conocida como la “Capital Nacional del Buceo”.
Los recorridos a lo largo de los tres kilómetros de playa bañados con las transparentes y verdosas aguas del Golfo Nuevo son el atractivo saliente de los paseos por el casco urbano, que también permiten conocer una serie de museos y sitios históricos de singular belleza y valor cultural, entre los que se destacan el de Ciencias Naturales y Oceanográfico, el Ecocentro, el municipal de Arte y la Casa Tasser.
El museo provincial de Ciencias Naturales y Oceanográfico está establecido en un antiguo edificio de la ciudad, el Chalet Pujol, que fue construido en 1917 y que cuenta con diferentes salas en las que se exponen las prácticas ancestrales de las comunidades locales y sus formas de vida.
La guía de turismo provincial, Fabiana Rodríguez, señaló durante una recorrida por ese sitio con Télam que “el espacio tiene otras salas dedicadas a los peces, los mamíferos marinos, las aves y los cetáceos” y dijo que “el final de la visita culmina en un mirador desde donde se puede disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad”.
El Ecocentro está dedicado a la interpretación de los ecosistemas marinos y su objetivo es difundir el conocimiento del mar a través de programas de educación ambiental, investigación científica y expresiones artísticas.
La secretaria de Turismo de Puerto Madryn, Mariela Blanco, sostuvo que al recorrer este espacio “se puede descubrir la diversidad de la costa patagónica y de las distintas especies de aves y mamíferos marinos que la habitan” y también “conocer algunos aspectos biológicos que revelan sus capacidades de adaptación al medio ambiente”.
El museo tiene 1.800 metros cuadrados de superficie, una arquitectura con reminiscencias de las casas de los primeros pobladores galeses de la zona, y en la sala principal, una muestra permanente denominada “A orillas de un frío río de mar”.
Rodríguez afirmó que en este sitio “se puede apreciar la riqueza de la naturaleza costera patagónica y las particularidades de los animales que viven en el lugar” y destacó que al final del recorrido “hay una biblioteca con material informativo muy valioso y con muy buenas vistas panorámicas del Golfo Nuevo”.
El Centro de Estudios Históricos está ubicado en la vieja estación del ferrocarril y en su interior contiene información y documentos que testimonian la dura vida de los primeros habitantes de la ciudad, quienes según la guía de turismo provincial “lograron una integración con los pueblos originarios casi única en el mundo”.
El Museo del Desembarco y sitio histórico Punta Cuevas está emplazado en el sector donde en 1865 desembarcó el primer grupo de 153 colonos provenientes de Gales, quienes construyeron sus primeros refugios en cuevas naturales de las cuales hoy pueden apreciarse sus ruinas.
Estos vestigios son excavaciones en hilera, situadas por encima del nivel de pleamar, en la cara oeste de Punta Cuevas, que “tienen el tamaño de habitaciones pequeñas y son muy atractivas ópticamente”, afirmó la guía de turismo local.
El recorrido por el casco urbano madrynense brinda la posibilidad de visitar la Exposición Permanente de Rocas y Minerales y conocer parte de la belleza natural que secretamente encierra nuestra Patagonia.
La muestra también cuenta con un gran Taller-Escuela donde se dictan cursos de Orfebrería y de trabajos en plata, alpaca y piedras.
Además, incluye una visita a la Casa Tassier, construida en 1913, que deja al descubierto el sistema de edificación utilizados en la antigüedad, que se caracterizaron por tener un entramado de madera en paredes, techos y pisos y por estar revestidos con chapas acanaladas de zinc que le brindan un aspecto particular.
Los turistas que visitan Puerto Madryn también pueden disfrutar de espectaculares circuitos para practicar mountain bike o caminatas de unos 14 kilómetros para llegar a la reserva Faunística de Punta Loma, donde se puede acceder a un mirador con vista al Golfo Nuevo.
Un recorrido de otros tres kilómetros deposita a los visitantes en las playas Paraná y Cerro Avanzado, lugares donde se conservan restos fósiles de ostras e invertebrados marinos y desde donde se alcanzan vistas panorámicas de singular belleza.
“La riqueza paisajística y faunística de la región y sus sitios históricos y culturales complementan a los atractivos salientes de la ciudad, que son la Costanera y las aguas del Golfo”, manifestó por último Blanco.
Télam