Salud, asistencia y seguridad social, educación, cultura, trabajo, vivienda y urbanismo, agua potable y alcantarillado y servicios urbanos. En términos generales esas serán las áreas que más recortes sufrirán de acuerdo con el proyecto que prepara el gobierno. También planea subir la edad jubilatoria y recortar aportes patronales. Pero en Balcarce 50 saben que sólo podrán avanzar si le gana con autoridad a CFK en octubre. ¿Podrá?
Con la gestión prácticamente paralizada por el advenimiento de las elecciones, el gobierno de Macri ya tomó la decisión: con un triunfo en los comicios que le de un poco más de aire, se comenzará a practicar un recorte en el estado por un monto no menor a 80 mil millones de pesos.
La cifra equivale a un 3 por ciento aproximadamente del presupuesto de este año y su aplicación implicará altísimos niveles de sub ejecución presupuestaria que rondaría los 100 millones de pesos según los cálculos más optimistas.
El ítem más analizado es el denominado “gasto social” y en ese marco se inscriben los recientes recortes y suspensiones de pensiones por viudez e incapacidad física parcial o total, además de los recortes en el PAMI que dejó sin medicinas gratis a millones de jubilados.
Pero en esa área ingresan además servicios tales como salud, asistencia y seguridad social, educación, cultura, trabajo, vivienda y urbanismo, agua potable y alcantarillado y servicios urbanos, es decir servicios esenciales que son los de mayor importancia para una inmensa mayoría de la población que no participa de los beneficios de la “gestión macrista para los ricos” como la definió un importante referente de la oposición enrolado en las filas del cristinismo puro.
Así las cosas en el gobierno tiene como objetivo principal derrotar a Cristina Fernández en las elecciones de octubre. Pero por primera vez admiten que su candidatura representa un duro obstáculo a salvar. Saben que una derrota o una victoria por escaso margen le quita oxígeno a la administración macrista para alcanzar esos objetivos.
Se habla también de recortes específicos a planes de vivienda, que expandió por todo el país Rogelio Frigerio y hasta en algunas provincias gobernadas por peronistas. “Hay que olvidarse de asistencia a provincias, o adelantos de coparticipación“, fue otra de las frases oídas de funcionarios a cargo de hacer números.
El otro tema es la reforma previsional y tributaria. Aunque no se lo menciona, el aumento de la edad jubilatoria sería una decisión casi tomada toda vez que los acreedores externos y organismos como el FMI han exigido al gobierno que avance por ese camino.
En cuanto a la cuestión impositiva el trabajo pasa por la elaboración de un plan de numerosos recortes tributarios, entre ellos los aportes patronales. El gobierno argumenta que servirá para fomentar el crecimiento del empleo, pero al experiencia en ese plano aplicada por Domingo Cavallo en los 90 demostró su fracaso.
Y como consecuencia adicional, ese recorte impactará directamente en la ANSES que sufrirá un nuevo desfinanciamiento que volverá a poner en crisis todo el sistema de jubilaciones y pensiones. La sombra de las AFJP vuelve a sobrevolar el horizonte cercano.
Ese horizonte es, sin dudas, sombrío. Pero el gobierno sabe que si no derrota con autoridad a Cristina Fernández su aplicación será muy difícil. Eso también lo saben en el bunker cristinista por lo que se avecina una durísima campaña hacia octubre con objetivos enfrentados. Su concreción dependerá del voto de los ciudadanos.
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