La Asociación Argentina de Padres de Autistas, APAdeA, y la Federación Argentina de Autismo, FAdeA, promueve la campaña “Pirotecnia cero”, iniciada para denunciar el impacto que causa la pirotecnia en la hipersensibilidad auditiva y desequilibrios en la conducta de las personas con TEA.
La Asociación Argentina de Padres de Autistas, APAdeA, y la Federación Argentina de Autismo, FAdeA, en los últimos 10 años vienen promoviendo la campaña “Pirotecnia cero”, iniciada por unos padres que comenzaron a denunciar ante los medios la problemática de la pirotecnia frente a las personas con TEA, esencialmente el impacto que causa la pirotecnia en la hipersensibilidad auditiva que trae como consecuencia desequilibrios en la conducta de las personas con TEA.
APAdeA agradece a toda la prensa y a los medios que con profesionalismo han difundido y ayudado a concientizar a la sociedad de esta campaña “Pirotecnia cero”.
“Nuestro deseo de Navidad es que la gente tome conciencia”, afirmó Carina Leonardi, integrante de la fundación Padres TEA que agrupa a familiares de personas con trastorno generalizado del desarrollo (TGD).
“Hace diez años que los papás de Padres TEA estamos en una campaña donde se trata de concientizar, quién lamentó: “Los cambios en la conciencia, desafortunadamente, son un poco lentos, no son inmediatos”.
“Estamos a la expectativa de lo que vaya a pasar esta noche. Sólo pedimos que la gente tome conciencia y colabore, porque hay chicos que realmente la pasan muy mal. Y si una persona la pasa mal, toda la familia también la pasa mal”, alertó.
Mientras que para la inmensa mayoría de la gente las fiestas son sinónimo de alegría, diversión y risa, para una persona con TEA una medianoche plagada de cohetes y fuegos artificiales es sinónimo del fin del mundo.
“La Navidad deja de ser fiesta para pasar a ser una tortura. Hay familia que 15 minutos antes de la medianoche tienen que subirse al auto, buscar la música que le gusta a la persona o al chico con TEA y escapar de los fuegos artificiales. O directamente deben salir de la ciudad y pasar las fiestas en el medio del campo, que a muchos les puede parecer un plan espectacular, pero cuando es una obligación en vez de una opción, no lo es para nada”, describe la integrante de Padres TEA.
No solamente las personas con autismo tienen hipersensibilidad sensorial: los bebés, los adultos mayores o cualquiera con una sensibilidad mayor es perjudicado por los cohetes y fuegos artificiales. Los perjudican, los trastornan, les producen fobia. Lo mismo pasa con los animales, especialmente los perros, quienes acumulan un stress insalubre durante los estallidos.
Fuente: diario26.com