El Gobierno admitió que la tarea del submarino no sólo era de adiestramiento, sino que también vigilaba a barcos y a aviones.
El Gobierno admitió que el ARA San Juan tenía la misión de espiar a los barcos y aviones ingleses en las Islas Malvinas. Así lo confirmó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en el informe a la Cámara de Diputados.
A cuatro meses de la desaparición del submarino, ante la consulta de un legislador, el funcionario respodió el miércoles que «el objetivo táctico prioritario de esta patrulla era la localización, identificación, registro fotográfico/fílmico de buques frigoríficos, logísticos, petroleros, buques de investigación de otras banderas, que se encontraran realizando alijo con un buque pesquero».
Según el legislador, esas versiones quedaron ratificadas en la presentación que hizo en el Congreso el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
«La más reveladora», agrega «se trata de información que primero fue ocultada y luego minimizada. Se confirma que el objetivo táctico secundario era la actividad de buques y aeronaves que operan desde Malvinas».
Aclaró que «como objetivos materiales secundarios de esta actividad se establecieron buques y aeronaves que operan desde las Islas Malvinas». Peña adicionó como confidencial un anexo donde se detalla la “Orden de Operaciones COFS N 04/17 C”.
El ARA San Juan debía a partir del 15 de noviembre realizar un despliegue al área «Milagros» para proceder a un ejercicio de «Ataque submarino». Ese día se registró la última comunicación con el submarino.
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