El convenio colectivo de trabajo fue firmado por el Sindicato Unido de Petroleros e Hidrocarburíferos (Supeh), que representa a trabajadores de YPF con la empresa, y tendrá vigencia hasta diciembre de 2019.
El titular de la Federación del Supeh, Antonio Cassia, puso de relieve que los petroleros se involucran en una problemática social de alta intensidad como es el tratamiento de las adiciones, sin eufemismos y abordando la necesidad de tratamientos específicos, preservando aspectos como la confidencialidad que descarta cualquier “fin persecutorio, sino netamente de protección de la salud”.
Para ello, el sindicato y las empresas acordaron instrumentar acciones en conjunto tendientes a prevenir el consumo de alcohol y/o sustancias psicoactivas a fin de lograr un ambiente de trabajo saludable y seguro para todos los trabajadores.
Las partes se comprometieron a realizar campañas de prevención en las distintas dependencias de las empresas y subcontratistas, tendientes a formar y educar a los trabajadores sobre los efectos a corto mediano y largo plazo del consumo problemático de sustancias.
Sobre la cuestión ambiental, Cassia dijo que por primera vez en América latina, un sindicato integrará de modo formal a los trabajadores a la mesa para discutir como parte de esa industria las condiciones medioambientales de la actividad.
Los delegados asumirán “un rol activo en lo que respecta al ambiente, para garantizar un desarrollo sostenible”, dijo Cassia.
Para ello recibirán una capacitación especial que incluye las regulaciones tanto nacional como internacional en materia de preservación del Ambiente, desde las normas elementales hasta los protocolos suscriptor a nivel internacional y a los que ha adherido la Argentina.
Otro eje estratégico del convenio responde al desafío que deberán enfrentar en este siglo tanto la industria, los sindicatos y el Estado sobre la reconversión de los recursos humanos mediante la capacitación, tomando en cuenta que la robotización y el avance tecnológico significarán el desplazamiento de funciones.
El convenio dedica un capítulo a la implementación de esos programas y además renueva un punto emblemático para los petroleros que fueron los primeros en plasmar en un convenio la equidad de género.
Para Cassia el convenio colectivo “debe ser un instrumento que permita dar un salto de calidad al movimiento obrero adaptándose a los nuevos tiempos y de respuestas que beneficien tanto a los trabajadores como a la sociedad en general”.