Talentoso, crítico, elegante, el autor estadounidense Tom Wolfe, uno de los padres del Nuevo Periodismo, famoso por sus célebres entrevistas y autor de emblemáticas obras de ficción como «La hoguera de las vanidades», falleció a los 88 años en un hospital de Manhattan, informó hoy su agente, Lynn Nesbit.
El hombre de traje blanco, sombrero y mirada satírica, autor de grandes libros de no ficción como «Ponche de ácido lisérgico», «La banda de la casa de la bomba y otras crónicas de la era pop», «El nuevo periodismo» y «En nuestro tiempo», murió ayer luego de ser hospitalizado a raíz de una infección, informó Nesbit a la prensa.
Conocido como «el Balzac de Park Avenue», Wolfe nació en Virginia el 2 de marzo de 1930 y estudió literatura y periodismo en la Universidad Washington and Lee; empezó su carrera periodística colaborando en publicaciones como The Washington Post, Enquirer y New York Herald; y saltó a la fama como periodista en la década 60.
Cuando terminó su carrera, en 1952, quiso dedicarse al béisbol pero rápidamente se dio cuenta que ese deporte no era lo suyo: formado por las lecturas de John Steinbeck, Charles Dickens y Emile Zola, resultó una voz clave en la conformación del Nuevo Periodismo.
Periodista, ensayista, novelista, agudo observador de la sociedad estadounidense, Wolfe fue un autor polémico que pasó por diversas etapas estéticas a lo largo de más de 50 años, escribiendo sobre cultura pop, crítica literaria, política, arte moderno, arquitectura y, en sus últimos años, sobre neurociencia.
Considerada la gran novela de Nueva York, «La hoguera de las vanidades» es su obra de ficción más conocida. Aparecida en el otoño de 1987, en medio de la locura de Wall Street, los homicidios y el crecimiento del imperio Trump, fue llevada al cine en 1990 por Brian De Palma.
Cultivador del realismo, la sátira y la crítica social, Wolfe sostuvo, en una entrevista realizada por el diario El País en 2014, que uno de los efectos indeseados del Nuevo Periodismo fue «el abuso de la primera persona del singular», sólo tolerable si quien escribe es «parte de la trama».
Otro de sus libros más celebrados, «Lo que hay que tener», ahonda en la vida de los primeros astronautas estadounidenses y en el programa espacial Mercury, que además fue adaptado en una película de 1983 con Sam Shepard. Esa obra obtuvo el Premio Nacional del Libro de Estados Unidos.
Su pasión por los datos, la investigación y la documentación para componer obras realistas lo llevó a enemistarse con escritores como Norman Mailer, quien llegó a decir: «Tom puede ser el fanfarrón más duro que haya tenido el mundo literario». A lo que Wolfe respondió en una entrevista, años más tarde: «No fui lo bastante mezquino con él».
Junto a Jimmy Breslin, Gay Talese, Hunter Thompson, Joan Didion y otros autores, Wolfe definió el concepto de Nuevo Periodismo y muchos de esos referentes fueron retratados en «El nuevo periodismo» (1973), una antología que el autor editó con E. W. Johnson.
«El último héroe americano es Junior Johnson. Sí!» (1965), «¡Pequeñas momias! La verdadera historia del gobernante de la Tierra de los muertos vivientes de la calle 43» (1965), «El nacimiento del nuevo periodismo: informe de un testigo ocular» (1972) y «Lo siento, pero tu alma acaba de morir » (1996) son algunos de los muchos artículos que escribió.
Además de «La hoguera de las vanidades», Wolfe escribió otros notables libros de ficción, como «Todo un hombre» (1998), «Soy Charlotte Simmons» (2004) y «Bloody Miami» (2012).
En consagrado escritor recibió, entre otros premios, el National Humanities Medal; el Chicago Tribune Literary Prize for Lifetime Achievement; el Bad Sex in Fiction Award from the Literary Review; el Academy of Achievement Golden Plate Award y el Jefferson Lecture in Humanities.
Dinero, poder, sexo, excesos, ambición, barrios bajos de New York y una mordaz sátira de las costumbres estadounidenses atraviesan una obra que supo combinar el minucioso registro periodístico con el vuelo literario, y que sirvió como referencia para muchas generaciones de escritores y periodistas.