Una beba de 8 meses afectada por la asfixia producida por los gases lacrimógenos y un hombre herido de bala durante la represión del Ejército israelí a las protestas palestinas de ayer en Gaza, murieron hoy y elevaron a 60 las víctimas fatales de la masacre que recogió la condena de buena parte de la comunidad internacional.
Ashaf al Qedra, portavoz del Ministerio de Salud palestino, confirmó hoy la muerte de la pequeña, Laila al Gandor, y de Omar Abu al Fool, de 30 años, lo que eleva a 60 los muertos en las manifestaciones ayer contra la inauguración de la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén, a 70 años de la creación del Estado de Israel, y en el marco de la Gran Marcha del Retorno palestina.
Además, más de 2.700 palestinos fueron heridos, la mitad de ellos de bala o metralla.
A las protestas acudieron familias enteras, atendiendo al llamamiento de Hamas, padres, madres, ancianos y niños, algunos de los cuales se situaron en la vanguardia de las protestas frente a la valla divisoria.
Sin embargo, en el caso de Laila, su madre estaba junto a un grupo de personas a un kilómetro de distancia de la línea fronteriza, cerca de tiendas de campaña instaladas por los organizadores, pero el gas lacrimógeno se extendió hasta esa zona, consignaron las agencias de noticias EFE, DPA y Europa Press.
Desde el 30 de marzo las diversas facciones palestinas convocaron manifestaciones semanales para reivindicar su derecho al retorno a las tierras de las que fueron expulsados o huyeron con la guerra y creación del Estado de Israel en 1948.
Además, ayer salieron a protestar por el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, que supone un cambio en el consenso histórico internacional.
Las protestas de ayer en Gaza «no tienen precedente en las semanas anteriores en su grado de violencia», señaló ayer el general de brigada y portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Ronen Manelis, a un grupo de periodistas.
El militar justificó la represión al sostener que «Hamas intenta penetrar en territorio israelí mediante acciones terroristas, llevando a mujeres y niños a la primera fila», e insistió en que han pedido a los habitantes de Gaza que no se acerquen a la valla.
«Si a pesar de todo van niños, el daño es enteramente responsabilidad de Hamas», insistió Manelis.
Los palestinos conmemoran hoy la Nakba (Catástrofe, en árabe), en la que marcan el 70 aniversario del desastre que supuso para ellos la creación de Israel y el comienzo de su exilio.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, convocó a una huelga general en Cisjordania y un día de luto en todos los territorios palestinos por los fallecidos en Gaza ayer.
Wasel Abu Yusef, miembro de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) dijo que la huelga se organiza para denunciar «la masacre contra el pueblo palestino en Gaza».
La jornada de ayer fue la más sangrienta desde la ofensiva israelí de 2014 en Gaza y desde el inicio de una ola de movilizaciones palestinas, en marzo pasado.
Los 60 muertos producto de la represión a las protestas de ayer se suman a los alrededor de 50 que habían fallecido hasta ahora en siete viernes consecutivos de protestas similares en la frontera con Gaza, igualmente reprimidas por el Ejército israelí. Además, en ese periodo más de 12.000 palestinos resultaron heridos, la mitad de ellos por munición real.
El accionar de las tropas israelíes desató una ola de condenas internacionales, que incluyó a la Unión Europea y a los países árabes, y Sudáfrica anunció el retiro de su embajador en Israel «con efecto inmediato hasta nuevo aviso».