Desde hace un tiempo que la adicción a las redes sociales y a los videojuegos, especialmente por parte de los chicos y adolescentes, es una cuestión que preocupa a los expertos.
El debate volvió a abrirse porque los medios británicos informaron que una nena de nueve años de Reino Unido debió ser ingresada en rehabilitación por su adicción severa al videojuego más famoso de la actualidad, Fortnite.
La menor empezó a jugar en enero cuando sus padres le regalaron la consola pero no fue hasta marzo que empezó a mostrar los primeros síntomas de su obsesión. De hecho, su familia no se dio cuenta de la situación hasta que su maestra pidió una cita con los padres de la nena porque se había dormido en clase en más de una ocasión y sus notas habían empeorado de forma significativa.
En los últimos tiempos la nena se volvió más contestataria y agresiva y dejó de lado diversas actividades que hacía después de clases, como gimnasia y ballet porque, según decía, estaba demasiado cansada para asistir. Tampoco iba a misa los domingos con su familia. Pero en cambio jugaba alrededor de 10 horas diarias al videojuego.
Más adelante, sus padres se dieron cuenta que había varios gastos en su tarjeta de crédito todos los meses por valor de 70 dólares. Eran actualizaciones y mejores que su hija había comprado sin permiso para su personaje en el videojuego. Cuando la castigaron por el hecho y quisieron sacarle la XBox, la chica se enfadó tanto que golpeó a su padre en la cara.
De hecho estuvo jugando más de dos meses en secreto por las noches (de ahí el cansancio que mostraba en clase) hasta que sus padres la encontraron en el sofá jugando alrededor de un charco de pis. «Estaba tan enganchada que ni siquiera iba al baño», describió su mamá.
Tras este caso y meses de debate sobre si el juego era o no adictivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que a partir de este mestratará la adicción a videojuegos como un trastorno. La entidad indicó que para que una persona pueda ser diagnosticada ésta debe:
– Experimentar un impedimento significativo en áreas personales, familiares, sociales, educativas, ocupacionales u otras áreas importantes de funcionamiento
– Haber presentado este deterioro durante al menos 12 meses.
La OMS aconsejó además a los jugadores que sean conscientes de cuánto tiempo pasan jugando, especialmente si con eso se excluyen otras actividades diarias.También deberían estar alertas a los cambios en su salud física o psicológica y funcionamiento social que podrían atribuirse a la adicción.
TN