A pocos días de que se cumpla un año de la desaparición de Santiago Maldonadodurante un operativo represivo de Gendarmería a orillas del río Chubut, un nuevo análisis sobre la autopsia realizada al cuerpo del joven tatuador vuelve a agitar las aguas del caso, que parecían calmas.
El criminalista Enrique Prueger analizó las conclusiones de aquella pericia, trabajó sobre el cauce del río y, en un informe que divulgó este jueves, refutó algunas de las conclusiones, especialmente las relacionadas al tiempo que Maldonado estuvo sumergido.
Prueger, que trabajó con casos resonantes de los últimos 30 años, concluyó que el cuerpo de Santiago Maldonado no estuvo 78 días sumergido en ese lugar, y que, por lo tanto, fue «plantado por alguien» desde unas horas antes a unos diez días antes de su aparición, el 17 de octubre de 2017.
Para el experto «hay dos posibilidades: una terrible y la otra siniestra». Según su hipótesis, o Maldonado «murió ahogado y su cuerpo fue escondido en algún lugar antes de ser arrojado al río para que se lo descubriera» o «Santiago fue apresado, escondido(si había sido golpeado tal vez para esperar que sus golpes desaparecieran) y luego ahogado y colocado en ese lugar».
¿De qué manera llega Prueger a esta conclusión? Para el especialista, los 28 peritos que firmaron la autopsia en noviembre pasado ignoraron el punto 10 del informe, en el que la bióloga y palinóloga Leticia Povilauskas detalla el tiempo que pudo perdurar el polenhallado en la ropa de Santiago.
El texto, ubicado en la foja 54, dice que «bajo ningún punto de vista los granos de polen encontrados en las muestras peritadas, puedan permanecer adheridos a las prendasanteriormente citadas, sumergidas en el lugar del hecho descripto por un período de tiempo prolongado».
La bióloga lo justifica por «la mínima velocidad que pueda tener la corriente de flujo en el río, la energía presente en el medio acuático y la cantidad de oxígeno removido en el lecho», por lo que, explica, «todas estas condiciones hacen que el polen se desprenda fácilmente de las ropas, sobre todo en materiales de nylon tipo impermeable como es el caso del pantalón». Por eso, según su informe, en no más de 20 ó 30 días los granos de polen deberían haber desaparecido.
La famosa autopsia a Maldonado concluyó que el joven tatuador murió por ahogamientocoadyuvado por hipotermia, pero nunca definió el tiempo que Santiago permaneció muerto bajo el agua. Aquel informe, que todos los peritos de las partes firmaron, estimó que el cuerpo estuvo en el río Chubut 53, 60 ó 73 días, y que no había rastros de que hubiera sido movido del lugar donde apareció.
Para Prueger, los peritos «ignoraron a sabiendas» este análisis incluido en la autopsia, pues «echaba por tierra la data prolongada de la muerte y no podía superar los 30 días y más aún obtuvieron huellas dactilares y cualquier autor, aún los antiguos de la década del 20 del siglo pasado, expresan que el guantelete se sale en un máximo de 20 días. Estos dos argumentos eran infranqueables para los peritos, pues no podían concluir nunca con una data de más de 70 días».
Para sostener esta hipótesis, Prueger hizo su propio expermiento en el río Chubut y determinó que, además de «ignorar» el informe de la bióloga, hubo errores en las mediciones de la temperatura del agua, que permitieron inferir sobre el tiempo sumergido que figura en la autopsia.
Para sostener esta conclusión, el forense sumergió un trozo de carne de casi un kilo en el mismo lugar donde fue encontrado el cuerpo de Santiago Maldonado. Una persona se encargó de levantar la carne cada semana, pesarla y volverla a colocar en el mismo lugar, para verificar cuál era la tasa de degradación producto de la fauna.
La acción sobre la carne, según el especialista, «fue producida no sólo por la descomposición en el agua sino también por la acción de la fauna del lugar, nutrias, hurones, peces y cangrejos que literalmente la devoraron».
De acuerdo con el criminalista, la carne pesaba 998 gramos cuando fue sumergida y 45 días más tarde, registró un peso de 445 gramos. «El cuerpo de Santiago Maldonado, que se dice estuvo en el agua durante 78 días, tenía las papilas de los dedos de las manos y en condiciones por haber sido identificado mediante el procedimiento respectivo, los tatuajes en la espalda se podían distinguir y presentaba apenas algunos mordiscos de fauna, como si ese cuerpo hubiera permanecido en el agua pocos días», explicó a Infobae Prueger.
Por eso, para el experto, «el experimento que hicimos revela que es imposible que el cuerpo de Santiago haya podido permanecer allí sin experimentar una descomposición y ataque de la fauna presente en el lugar».
Además, Prueger remarcó que la autopsia se hizo con errores relacionados al registro de la temperatura del agua, ya que utilizó la tabla de REH, que se basa en temperaturas promedio. «En la autopsia se trabajó con la temperatura mínima de los días de la desaparición. Sus resultados son falsos, nulos», comentó el criminalista, que trabaja como perito en el caso del asesinato de Rafael Nahuel, joven mapuche asesinado por la espalda por un agente albatro de Prefectura el mismo día que velaban a Maldonado, el 25 de noviembre pasado.
Para él, deberían haber utilizado un valor promedio de temperatura (más alto), lo que modifica la interpretación de las tablas. Según el Prueger, entonces, el período ventana de incertidumbre sobre qué pasó con el cuerpo es no mayor a 30 días, pero Maldonado estuvo desaparecido durante 78. «Mi experiencia me indica que los ahogados en ríos patagónicos muestran otro tipo de cadáver», comentó el perito jujeño, que trabaja hace años en Neuquén.
Su postura se emparenta con lo que sostiene la familia de Santiago, respecto de las dudas que le dejó la autopsia, fundamentalmente con la falta de certezas relacionadas al tiempo que el cuerpo estuvo sumergido.
Verónica Heredia, abogada de los Maldonado, confirmó a Infobae que el estudio de Prueger no fue pedido por ellos pero aseguró que sigue la línea de las dudas que ellos tienen en torno a la investigación judicial.
«La autopsia determina el inicio de la causa, no el final. El río tenía 30 centímetros de agua, cómo fue que Santiago se ahogó, por qué si pasaron los buzos siete veces antes por el mismo lugar, recién lo ven el 17 de octubre y no explican por qué antes no lo vieron. Hay muchas preguntas sobre qué pasó el 1º de agosto, con la represión de Gendarmería y la órden del juez Guido Otranto», comentó Heredia a este medio.
Estos aspectos fueron los que los llevaron a pedirle al juez Guillermo Gustavo Lleral la participación de un equipo independiente en la investigación. El magistrado de Rawson negó el pedido y ahora deberá decidir la Corte Suprema.
«El trabajo se motivó en un grupo de profesionales que integro y dirigo. Cuando vimos la autopsia hicimos una revisión. Nos pareció extraño que 28 expertos que firmaron la autopsia estuvieran todos de acuerdo y ninguno tenía nada por verificar o confirmar. Así que nos pusimos a revisarla», explicó Prueger a Infobae, y aclaró: «Yo tengo contacto con los familiares de Maldonado pero este fue un trabajo independiente, dentro del ámbito de la Universidad Nacional de Río Negro y el instituto que dirijo».
Prueger es un reconocido criminalista que participó en casos célebres como el del asesinato del soldado Omar Carrasco y la muerte de Carlos Menem junior, donde ofició como perito de parte en representación de Zulema Yoma, madre de la víctima. También trabajó en el caso del fiscal Nisman, y fue como perito oficial en el caso del doble crimen de La Dársena, en Santiago del Estero, y del triple crimen de Cipolletti.
Infobae