El fiscal presentó su dictamen ante el juez federal Ariel Lijo y en él incluyó al legislador de Cambiemos, al jefe de su despacho, Pedro Fiorda, y a Juan Carlos Amarilla, este último empleado parlamentario.
El fiscal federal Federico Delgado imputó hoy al senador nacional de la UCR Juan Carlos Marino y a dos de sus colaboradores, luego de la denuncia que presentó en su contra por abuso sexual una empleada del Congreso.
Fuentes judiciales informaron a NA que el fiscal presentó su dictamen ante el juez federal Ariel Lijo y en él incluyó a Marino, al jefe de su despacho, Pedro Fiorda, y a Juan Carlos Amarilla, este último empleado parlamentario.
Delgado pidió como medidas de prueba citar a testigos, algunos de ellos colaboradores del senador, e invitar al legislador radical a aportar su celular para que sea analizado, ya que la denuncia refiere a mensajes que habría recibido Claudia Mabel Guebel con contenido sexual.
El fiscal pidió también que la denunciante declare en Cámara Gesell para ampliar sus dichos, sobre todo en referencia al período temporal en que habrían ocurrido los hechos y todavía no está precisado, y para consultarla sobre si quiere aportar las comunicaciones que dice haber recibido mediante mensajería de WhatsApp.
Por otra parte, pidió a la Presidencia del Senado que informe si se iniciaron actuaciones relativas a estos hechos denunciados en la Justicia y solicitó además acceder al teléfono de Fiorda para analizar sus llamados entrantes y salientes.
En el caso de Marino, lo invitó a «que decida si quiere aportar su celular, aunque el acceso a sus comunicaciones debe solicitarse de acuerdo al citado artículo 1 de la ley 25.320 para evitar futuros planteos de nulidad».
«No se podrá allanar las oficinas citas en el Congreso de la Nación, de los legisladores ni la intercepción de su correspondencia o comunicaciones telefónicas o electrónicas sin la autorización de la respectiva Cámara», sostiene el artículo 1 de dicha ley.
Por último, pidió que sean citados testigos, entre ellos, al radical Hipólito Solari Yrigoyen y a los colaboradores del senador, quienes estaban en la oficina cuando la víctima ingresó por primera vez, además del perito Claudio Presman, que acompañó la denunciante durante su acusación.
La mujer explicó que trabajó con Marino «hasta hace tres meses» luego de un año de haberlo hecho y que «los días 14 de cada mes» se «presentaba en el despacho del senador para conseguir la firma del certificado de asistencia», ya que trabajaba mayoritariamente desde afuera del Congreso. Ella contó que ingresó a la Cámara de Diputados como empleada en 2001, pero a partir de 2004 y hasta 2016 se desempeñó como secretaria de la Convención Nacional de la UCR.
A continuación, volvió a trabajar en Diputados, en la comisión de juicio político, hasta que hace aproximadamente un año empezó a desempeñarse como asesora de Marino. «Empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi teléfono celular desde su teléfono celular (por Marino) en los que me decía ´Dónde estás?´, ´Dónde vivís?´, ´Voy a estar por allá, me doy una vuelta´, ´Preparate que voy a tu casa´. Me enviaba videos alusivos al sexo. Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana», sostuvo la mujer en su denuncia.
A la vez, señaló que «trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran» su «trabajo y que tampoco le dieran a pensar que estaba interesada en lo que» le «proponía».
Fuente: Diario Jornada