Se suman a las que apuntó en su libreta el tripulante rionegrino Mario Toconás, según afirma Luis Tagliapietra, abogado de la familia y padre de otro de los 44 submarinistas desaparecidos. “Los registros de Toconás prueban la sumatoria de fallas”, agregó.
“Más allá de las anotaciones de (Mario) Toconás, hay registros similares de otros dos de los 44 tripulantes (del submarino ARA San Juan). No puedo revelar sus nombres porque la jueza aún no nos llamó (para la ampliación de este tema). Pero lo que queda en evidencia tanto con esos apuntes como con todo lo que hay en la causa es que el submarino tenía numerosos problemas. Y a veces lo que precipita una tragedia es la sumatoria de cosas. Y, según creo, esa sumatoria de cosas está bastante demostrada”.
Con estas palabras Luis Tagliapietra, uno de los tres abogados querellantes que representa a los familiares de las víctimas, valoró el contenido de la libreta del único submarinista rionegrino en la tripulación. Ésa que llevó consigo al viaje del que nunca regresó. Aunque, antes de abordar, descargó en su computadora familiar las capturas de esas anotaciones. En las que detalló, minuciosamente, las falencias que halló en la nave durante un viaje anterior, que realizó en el mes de julio (de 2017). Casi 4 meses antes de su último -y fatídico- embarque.
Esas capturas- que ascenderían a 20- ahora forman parte del material que se analiza en la Justicia, para dilucidar el estado en el que zarpó el submarino. Entre ese contenido se encuentran tanto imágenes de lo apuntado a mano alzada por Mario, como fotografías de las fallas. Parte de ellas fueron difundidas por “Río Negro” al cumplirse un año de la desaparición de la nave, y poco antes de su hallazgo.
“Esto ya será parte de una investigación en la que ahora comenzaremos a tener más respuestas”, amplió Tagliapietra. Sería interesante, por caso, comparar esto (por los escritos de Toconás) con el informe que sobre el submarino hizo la propia Armada, para ver si hay algo que no figura en los papeles oficiales. O establecer si existe una observación trascendente que se haya ocultado (en lo informado por la Fuerza)”.
Tagliapietra, que representa a los hermanos y al papá del marino de Sierra Grande, también es padre de Alejandro, uno de los tenientes de corbeta que figura entre los 44 fallecidos. La charla que tuvo con este diario se realizó a través de Whatsapp. Cuando todavía, como uno de los 4 familiares veedores, viajaba a bordo del Seabed Constructor. El barco que halló el submarino, tras más de dos meses de búsqueda.
Recién este martes el abogado regresará al país. Viajará desde Sudáfrica en un vuelo que compartirá con el resto de los veedores civiles y de la Armada. Y que es aguardado por la jueza Marta Yáñez, que lleva adelante la causa iniciada tras lo ocurrido con el ARA. Porque, en ese marco, la magistrada recibirá las 67.000 fotos que forman parte del mapeo hidrográfico del hallazgo efectuado por la firma Ocean infinity, que lideró la búsqueda.
Debido a esto, el letrado anticipó la posibilidad inminente de “contar con más respuestas (sobre el hundimiento)”. Algo que seguramente se materializará través del análisis de ese mapeo.
El análisis del perito naval
Volviendo al registro de fallas efectuado por Toconás, las capturas que se hicieron públicas también fueron analizadas por el capitán de fragata Fernando Morales, perito naval y vicepresidente de la Liga Naval Argentina.
“Las anotaciones que veo hablan de un mantenimiento deficiente. No son cosas que ameritan un siniestro de la magnitud del que estamos hablando. Pero demuestran que ya existían fallas” ponderó Morales.
“Evidentemente este submarino necesitaba entrar a ‘dique seco’ (para su revisión y puesta a punto). Pero eso no se hizo por falta de presupuesto. Y en este punto el apego a cumplir las órdenes que rige en la vida militar es básico” analizó. “Porque el subordinado dice ‘yo informé’. Pero se respeta siempre la opinión de un superior”.
“A la hora de actuar -continuó- hay que comprender el grado de apego a cumplir las órdenes en este ámbito. Porque no hablamos de una empresa privada, donde el empleado puede tener un manejo diferente o interviene el gremio. Por eso hay que ver hasta qué punto el comandante que salió a navegar juzgó que las condiciones de la nave no eran graves. Con el ‘diario del lunes’, (tal vez) hubiera preferido estar vivo. Y que lo sancionase la Armada (por negarse a salir). Pero, como siempre, reflexionás cuando finalmente pasa algo”.
“Mientras tanto -insistió- se naturaliza la falla. Porque los estándares (de seguridad) se van relajando de a poquito. No ocurre ni en un mes, ni en un año. Y hoy por hoy todas las fuerzas armadas vienen relajando las medidas de seguridad. Porque si no, no se puede trabajar” alertó.
“Lo que no sería aceptable en una empresa privada -comparó- se acepta (en las Fuerza Armadas) como normal. Ya no es una persona. Es toda la institución la que se apartó culturalmente de lo que son los estándares (de seguridad)” finalizó, alarmado.
Máscaras y otros elementos de seguridad, un tema clave
“Ahí tenés un tema grave. La Armada dice que las proveyó todas. Pero si se comprobara que estaban en falta o vencidas, es clave. Porque es un elemento imprescindible. Hacían falta para seguir respirando”.
Así se refirió el capitán de fragata y perito naval Fernando Morales a las anotaciones en las que Mario Toconás, el submarinista rionegrino, inventarió las máscaras Bibs con las que contaba el submarino ARA San Juan. En el viaje previo a la última salida. Ésa que lamentablemente acabó con el hundimiento de la nave. “Esos elementos (por las máscaras) son claves. Al igual que las pastillas que regeneran el oxígeno dentro del submarino. Son los elementos a los que primero se apela (durante una contingencia)” apuntó el perito.
“Por eso remarco que -agregó- aunque la causa que se tramita en la Justicia va a determinar las verdaderas razones del hundimiento, también determinará otras situaciones. A las que tal vez no se les pueda achacar el siniestro. Pero que podrían demostrar que ya existían fallas”.
“Es como si, por caso -ejemplificó- alguien circula en un auto sin luces delanteras y lo chocan de atrás. Las luces delanteras no tuvieron la culpa. Pero el vehículo circulaba en falta” destacó.
“Un submarino tiene que estar en la situación ideal para zarpar. Después hay umbrales de tolerancia. Si la máquina de fotos del periscopio no anda. O si consume más aceite que el normal, y lo sabés, se aprovisiona más. Pero también sabes que si te quedás sin aceite vas a terminar fundiendo el motor. Y en el caso de los elementos de seguridad, hay umbrales que no se pueden traspasar. Son los que garantizan la subsistencia en caso de emergencia. Tienen que ser más (que el número de la tripulación). Y estar distribuidas en distintos sectores” puntualizó.
Cabe destacar que en una de las capturas que se hizo pública Mario consigna la cantidad de máscaras por sector. Aunque en esa anotación sólo menciona el número. Sin destacar si existían faltantes. O hablar de su vida útil.
Los familiares verán 10 de las 67.000 fotos
Este martes. Llegarán al país en un vuelo proveniente de Sudáfrica los cuatro familiares veedores y los referentes de la Armada, que viajaron a bordo del Seabed Constructor. Ése es el barco de la empresa Ocean infinity, que halló hundido al submarino Ara San Juan, tras más de dos meses de búsqueda.
- 67.000 fotos. Son las que traerán. Esas imágenes forman parte del mapeo hidrográfico del hallazgo efectuado por la firma que lideró la búsqueda. El material será recibido por la jueza Marta Yáñez, que lleva adelante la causa iniciada tras lo ocurrido con la nave.
- Sólo 10 fotos. Del total que, una vez recibido, será analizado y evaluado por la jueza, se compartirán con el resto de las familias de las víctimas. Además, la magistrada pidió reserva sobre la difusión de ese material, al menos hasta que su contenido sea convenientemente estudiado por la Justicia.
- “Estamos expectantes”. “Acerca del contenido de esas imágenes y lo que pueden revelar sobre lo que ocurrió con el Ara” dijo ayer Alejandra Toconás, la hermana del submarinista rionegrino Mario Toconás a “Río Negro”.
- “Sería un alivio”. “Saber lo que ocurrió con el submarino. No me va a devolver a mi hermano. A ninguno de nosotros nos los traerá de vuelta. Pero sería un alivio poder saber qué fue lo que pasó”, agregó Alejandra.
Río Negro