Quizás alguien se acercó estos días a la Fontana de Trevi y pidió un deseo lanzando una moneda, tal y como hacen cada año miles de turistas.
«Que el dinero siga amparando la labor de Cáritas en Roma».
Concedido.
Lo que hasta el lunes era una agria disputa entre ayuntamiento de Roma y la Iglesia católica, se convirtió ahora en reconocimiento a la labor de la ONG e incluso una ampliación de los fondos de los que dispondrá.
En declaraciones al diario «L’Osservatore Romano», la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, dio un giro de 180 grados a la decisión que ya había adoptado el ayuntamiento, que pretendía destinar ese dinero a mejorar las infraestructuras de la ciudad.
La regidora confirmó que la organización benéfica católica recibirá los aproximadamente US$1,7 millones que se recogen en las azules aguas de la fuente.
Y añadió que, después de cuantificar las monedas lanzadas en otros monumentos, Cáritas recibirá también ese monto, que se estima que pueda alcanzar los US$230.000.
«El cuerpo diocesano realiza una tarea importante para muchos necesitados y para la ciudad de Roma, que quiere seguir siendo la capital que ampara a los más débiles».
El diario a Avvenire, el periódico de la conferencia de obispos italianos, había publicado el fin de semana un duro artículo sobre la decisión, titulado «Dinero robado a los pobres».
Estaba previsto que la medida entrara en vigor a partir de abril.
Muchos italianos acudieron a las redes sociales para pedir a la ciudad que reconsidere su posición, informó la agencia de noticias Ansa.
Raggi se convirtió en alcaldesa de la ciudad en 2016.
Pertenece al Movimiento 5 Estrellas, en contra de la clase política italiana y a menudo calificado de populista.
Su popularidad ha caído por no abordar los problemas de la ciudad, altamente endeudada.
En octubre, miles de manifestantes se reunieron a las afueras de la municipalidad para exigir a Raggi que solucione, entre otras cosas, temas relacionados con la recogida de basura o los baches que tiene todas las calles de la ciudad.
Millones de turistas visitan cada año la fuente de Trevi, que tiene casi 300 años de antigüedad.
La tradición de tirar monedas se hizo famosa después del éxito de la comedia romántica «Three Coins in the Fountain», interpretada por Frank Sinatra en 1954.
El filme se tituló «La fuente del deseo» en México y Argentina y «Creemos en el amor» en España.
La fuente también apareció en la película de 1960 «La Dolce Vita», en la que la actriz Anita Ekberg recorría sus prístinas aguas con un vestido sin tirantes.
BBC