En un primer piso en Av. Belgrano y Matheu, a 300 metros de la histórica sede del Partido Justicialista, se está armando la primera sede de “Pichetto Presidente 2019”. Se va a inaugurar formalmente el 14 de febrero, si todo sale bien.
La ubicación fue estratégicamente elegida: “Todos los que se van de Matheu (Es decir, el PJ oficial) van a pasar por acá porque les queda de paso”, se ilusiona uno de los que está coordinando la logística del espacio.
Sin embargo, ese bunker es apenas una fachada de un plan mayor y más cuidadosamente elaborado. Si todo les sale bien a quienes pensaron esta estrategia, Pichetto se va a bajar de la candidatura y le va a ceder ese lugar a Roberto Lavagna.
Así, Miguel Angel Pichetto quedaría como candidato a vicepresidente, a cargo del Senado, un lugar que domina a la perfección desde hace 18 años. Con ese volumen, creen, obligarán a Massa a ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, algo que hasta ahora el de Tigre rehúye.
¿Y con Urtubey qué se hace? “Ese mejor que ande a caballo que le sale bárbaro”, contesta irónico uno de los armadores.
Massa gobernador
Todo este plan está en la cabeza de un grupo de dirigentes que en su mayoría integró el duhaldismo y hoy militan para Miguel Angel Pichetto, el histórico jefe de bloque del PJ en el Senado. La mayoría es gente de más de 70, con mucha experiencia política, a los que Pichetto escucha pacientemente. No definen la estrategia final pero están encargados de buena parte del armado. Y al menos Pichetto no los desmiente.
“Si los candidatos son los pibes, los enfrento”, repite Pichetto a estos seguidores. Se refiere a Massa y Urtubey. Los ve muy dispersos como candidatos. Ninguno de los dos levanta en las encuestas. En cambio, con Lavagna lanzado, “Miguel” se bajaría automáticamente.
Dos dirigentes que aún integran el Frente Renovador le viene planteando a Massa la necesidad de mostrarse más activo y de bajar a la provincia de Buenos Aires. “No podemos plantear un proyecto nacional serio sin provincia”, le dijo uno de ellos.
Algunos en el Frente Renovador ven que el poder de Sergio Massa se diluye al compás de las malas encuestas: recuerdan que sacó el 44% en provincia en 2013 y desde entonces no paró de caer.
En un contexto más armado –siempre con Lavagna de candidato a presidente- Massa debería correrse como expresó en distintas entrevistas. “Si para que haya una oposición que cambie el rumbo de la Argentina, a mí me tocara dar un paso al costado, lo tengo que dar”, había dicho.
Quienes impulsan esta idea plantean que aún perdiendo con Vidal, Massa ganaría mucho: es joven, queda posicionado como el único opositor en provincia, suma legisladores y tendría un “aparato enorme” para construir poder territorial en la provincia que lo hizo crecer políticamente. “A veces perder es ganar”, reflexiona un hombre del duhaldismo bonaerense.
Aquellos más cercanos al líder del Frente Renovador creen que lo pueden intentar convencer. Aunque saben que hay un problema: “Es muy ansioso”, opinan. Una descripción complementaria al “ventajita” que le puso Mauricio Macri.
En cambio, otros dirigentes sostienen -con ironía y diplomacia cavernícola- que siempre hay otras formas -non sanctas- de hacerlo cambiar de posición: “Lo cagamos a trompadas”, se desboca uno de ellos con exceso para ilustrar una insistencia extrema que fuerce a repensar la opción. Cosas del peronismo del conurbano.
De la mano de Duhalde
Aunque están convencidos de que lo de Lavagna candidato a la presidencia es cuestión de tiempo, por el momento Pichetto sigue trabajando como candidato. “Desde el primer acto en La Plata viene metiendo 1500 personas en cada encuentro en el conurbano”, se entusiasma uno de los que organiza en provincia.
El duhaldismo está (¿omni?) presente en todo esto. Pichetto charla mucho con Duhalde. «Chiche» estuvo en el acto de Avellaneda.
Tan cerca está la mano de Duhalde que hasta se encargaron de recuperar el sello jurídico de Unión Popular por si llega a haber problemas para presentar las listas. Saben que el PJ como tal difícilmente rompa con el kirchnerismo. Necesitan un partido para inscribir la fórmula.
Unión Popular fue la sigla que usó Eduardo Duhalde la última vez que se presentó como candidato a Presidente. Fue en 2011 y no le salió nada bien: Cristina sacó el 54% Y Duhalde quedó quinto con el 5,86%.
Argentina Federal
Estos armadores de Pichetto ven con buenos ojos la estrategia de los gobernadores. Creen importante que estén todos sentados en la mesa de Argentina Federal. ¿Preocupan los coqueteos de algunos de ellos con el kirchnerismo? “Para sostener la territorialidad que hablen con quien quieran”, contestan.
Traducido: si necesitan a los K para poder mantener el poder en sus provincias, no hay problema. Pero a nivel nacional, aclaran, hay que diferenciarse del kirchnerismo. “No es sumatoria, es resta”, aseguran. Y critican la estrategia de aquellos que impulsan la unificación.
En estos días, Pichetto va a ir a Trenque Lauquen a hablar con Pymes lácteas. Será el primer acercamiento con los sectores productivos. Dicen que ya tienen el apoyo de los gremios, especialmente los energéticos.
El 6 de febrero va a estar en Olavarría. Será una cena política, encuentro con gremialistas y con pymes locales.
Antes, este lunes, será el gran encuentro de Argentina Federal en Playa Grande, Mar del Plata, donde confluirán los 4 fundadores del espacio.
Y por supuesto, todos sueñan con captar otros espacios: el radicalismo distanciado de Cambiemos (Ricardo Alfonsín), partidos provinciales y sectores progresistas: ya Miguel Lifschitz, del socialismo de Santa Fe, avisó que con Lavagna él se integra a Argentina Federal.
“Conoce el país, las provincias, un tipo ideal”, reflexiona uno de los que impulsa a Pichetto. Aunque se sabe que en el fondo Pichetto es el plan B de Lavagna. Reflexiona un filósofo librepensador: “Siempre que en política se quiere algo, primero tenés que ir por todo. Después, cuando otros quieren que te bajes tenés que preguntar ‘qué hay para mí’”.
De eso se trata este juego
A24