Cuando llegó a Velero Vesta 127 en Trelew, el comisario inspector Juan Carlos Núñez esperaba encontrar la oficina de Dual Core, una empresa con contrataciones con el Estado. Así decían los papeles. En cambio encontró una casa de barrio de rejas negras, sin cartel alguno. Le llamó la atención una Toyota Hilux estacionada. Luego sabría que estaba a nombre de otra sociedad, Sepat, fuera del radar hasta ese día. Los 21 años de Núñez en varias brigadas de investigación lo hicieron sospechar. Era diciembre de 2017.
Ayer declaró ante el tribunal de El Embrujo que esa visita se la ordenó el fiscal Omar Rodríguez, tras leer un informe del contador José Velásquez con una coincidencia rara: el domicilio de Dual Core era el de Diego Correa, secretario privado del gobernador Mario Das Neves. La firma estaba a nombre de Natalia Mac Leod –pareja de Correa y empleada judicial- y Daniela Souza, de quien no sabían mucho. Averiguaron que Sepat estaba a nombre de Giuliana Mac Leod y Darío Correa. “No lo sabíamos pero ya intuíamos que era familiar de Diego”.
Entre el 21 de diciembre y la Navidad de 2017, recolectaron información en varias áreas del Estado sobre las contrataciones de ambas sociedades con el Gobierno.
Sepat tenía sede en Sarmiento Norte 784. “Trabajé mucho tiempo en Comisaría 2ª y sabía que esa dirección era en la ruta o un descampado, no había posibilidad de que hubiera una empresa”, declaró Núñez. Encontró otra era casa de barrio común, sin oficina alguna, donde vivía Norma Figueroa, madre de las Mac Leod y suegra de Correa.
A nombre de Sepat había una Ranger que manejaba Juan Carlos “Tato” Ramón, una Amarok que manejaba Souza y un Palio Wekeend que conducía Sandro Figueroa. “El Palio estuvo a nombre de Procom, una empresa de Buenos Aires, en Lavalle 750, de Sergio Río. Esos datos que parecían aislados luego se iban a unir”. Río era amigo de Correa.
La Ranger “estaba a nombre de Natalia y Daniela. Aparecía el mail y el celular de Correa y Ramón la llevaba al service”. En la declaración de Alexis Gabra, empleado de la Unidad Gobernador, apareció Diego Lüters por primera vez. “Nos dijo que era la mano derecha de Correa, y era real. Lo vimos en las actitudes de Lüters”. Todo sugería: dos empresas en casas de familia y una trama de familiares y amigos sin antecedentes en el rubro de la construcción.
Las planillas de Migraciones del lapso 2011/17 mostraron frecuentes viajes al exterior de Mac Leod y Correa. Brasil, España, Panamá, Ibiza y más.
El fiscal pidió escuchar 6 teléfonos. Las escuchas mostraron cómo se movía el grupo. “Vimos algo extraño: llamaban a Correa y atendía Lüters, que se hacía pasar por él. Nos desconcertaba”.
Núñez exploró qué era eso que se construía en Playa Unión. En una escucha clave, Correa –fuera de la ciudad- le encargó a Souza una varilla necesaria para la obra de Playa. “Le dijo que la busque en VS, habló con Pablo Mamet y se la dio. Eran varios indicios”.
El fiscal Alex Williams pidió en Catastro el legajo de la obra de French y Berutti. La vigilaron. “Era una casa y tres dúplex imponentes pegados, con piscina, ahí aparece Jorge Godoy como maestro mayor de obras, un policía adscripto a la Unidad Gobernador, que, dependía de Correa. El constructor era Enrique Beltrán”.
Eran terrenos originalmente cedidos a la empresa Procom, de Río, el amigo de Correa. “Es llamativo porque la idea era un complejo hotelero para ampliar la capacidad de alojamiento de Playa, Ríos se los cede a Correa y éste hace su casa”. Se usaban empleados de Fontana 50 para ayudar en la obra. “Juan Carlos Ramón también llevó materiales y Daniela y Natalia lo sabían”. Un dúplex está sin terminar, otro lo alquilaba un tal León y el tercero lo habían cedido a Souza.
Ramón vivía en Playa y era dueño de la empresa Concretando. Competía con Dual Core por la misma obra pública pero ofertaba un precio mayor, para que siempre ganara Dual.
En esos días la prensa difundió que Fiscalía investigaba la Emergencia Climática. “Esto inquietó a Correa y causó movimientos en el grupo. Quería limpiar, vaciar, enfriar la empresa liberando bienes y así comienza a venderlos”.
La Hilux de Sepat la ofreció Juan “El alemán” Luden por Facebook, dedicado a la compra-venta de vehículos. Estaba a nombre de Gonzalo Carpintero. “Pero para Luden la camioneta era de Correa, que también le ofrece sin éxito la Hyundai H1. Le mandaba fotos desde su WhatsApp”.
Correa le ordenó a Souza despedir los empleados de Dual Core. “Primero apareció una contadora amiga de Daniela, luego Cristian Eguillor hasta que aparece el estudio contable de Gatica para la liquidación de sueldos y los telegramas”. Gatica llevaba la contabilidad de ambas empresas.
Según Núñez, “Correa decía que no lo iban a embocar a él si no Alberto Gilardino, porque creía que se investigaba la Emergencia, no esta causa”. El exsecretario privado de Das Neves hasta envió un abogado a Tribunales para rastrear la causa. Le dijeron que el expediente recién empezaba. “Pero tomó esto muy en serio y activó sus contactos. Hay una comunicación clave con Gonzalo Carpintero donde Correa se entrevista en Buenos con varias personas y le dice que ya tenía los nombres de quienes hacían las escuchas, los apellidos, los DNI y decían que al procurador lo tenían apuntado. Nos alertó porque nos habían descubierto y sabían que los escuchábamos”.
Souza estaba preocupada: “Habla con su padre, creía que no se merecía esto y no tenían por qué investigarla. A Ramón lo querían dejar de lado y por eso quería quedarse con algo de la empresa a espaldas de Correa y Souza. Hablaba con un brujo que le decía que tomara mucha agua y dejara vasos en su casa”.
“En las escuchas Correa le pregunta a ´Bedo´ Reinoso para preguntar si alguna cámara de seguridad apuntaba a Casa de Gobierno donde estacionaba la Hyundai. El comisario Cerda era jefe del monitoreo en Rawson y les informa dónde estaban”.
Sacan la H1 de Fontana 50 y la llevan a Automotores Parra. “A padre e hijo no les explicamos la causa pero les dijimos que tuvieran algún cuidado. No teníamos pedido de secuestro pero faltaban días”. Fabricio Parra les dio su teléfono. “Tenemos el audio de que habló con Correa. Meten la H1 en otro predio donde le sacan la patente”. Muñoz, chofer de Casa de Gobierno, dejó el vehículo en un depósito de Avellaneda, así lo informó Diario Jornada.
El 7 de marzo Núñez reunió a policías de su confianza. Nadie conocía la causa. Debieron acelerar el operativo porque la noche del 6 supieron que Correa planeaba huir a Capital Federal. El secretario ya había eludido la vigilancia gracias a la velocidad de su Tucson. “Nos sacaba muchos kilómetros de ventaja”, relató Núñez. En las escuchas le pedía a Lüters que a toda costa escondiera “las cajas azules”.
La mañana de su detención “se nos perdió 15 minutos. Espere y lo detuve al salir de su casa. Salió Natalia y también la detuve”. Llegaron el entonces secretario de Seguridad, Federico Massoni, y el jefe de Policía, Miguel Gómez, que “no sabían qué pasaba”.
Núñez partió a Casa de Gobierno en Rawson, en busca de Lüters. Figueroa ya estaba detenido en Puerto Madryn. “Desalojé la Secretaría Privada, le dije al gobernador que iba a detener a un funcionario y dispuse cortar internet”. Mariano Arcioni no se opuso. Sin muchas filmadoras disponibles, los policías grababan procedimientos con celulares. En casa de “Tato” hallaron formularios de Concretando. Sólo faltaba Souza, de viaje en Estambul.
“Otro momento clave fue cuando Massoni me llama y me dice que había un lugar que posiblemente ocupaba Figueroa, detrás de Casa de Gobierno”. Núñez se quedó con la llave bajo custodia. En esa oficina aparecieron los planos del edificio de consultorios médicos de Mezeta Consulting. “Ahí aparece Gatica ya no como contador sino como inversionista. El arquitecto era Barbagallo y el de la idea, el médico Blasco”. Según Núñez, a “Tato” lo querían dejar fuera de este negocio. Gatica era la cara visible y manejaba la contabilidad pero la plata más grande la ponía Correa.
Otro dato de Massoni les permitió llegar a Lezana 1014 en Playa Unión. Allí había desde juegos de luces de Sepat pero especialmente “estaba repleto con expedientes de la Emergencia Climática”. También chequeras de Gobernación en blanco firmadas por el extinto Mario Das Neves. Esa casa fue alquilada para un funcionario de Esquel que casi no la usó. Correa insistió para seguir pagando el alquiler. Ahora se sabía por qué.
Gracias a lista hallaron la “Chacra de Lüters”, en la zona sur de Trelew, cerca de Los Tres Monitos. “Apareció con una bolsa con plata y una maquinita de contar dinero, le dijo al vendedor ´¿Cuánto es?´y le pagó en efectivo”, relató Núñez..
También hallaron papeles con borradores de los proyectos en Puerto Pirámides, en el Parque Industrial de Trelew –“donde hasta dejaron un contenedor”- y los terrenos en Las Golondrinas. Núñez contó que Muñoz llevó dos veces los lentes del gobernador a una óptica para repararlos. El dato estaba en las planillas de Lüters.
Lotes en Las Golondrinas
Nicolás Scandizzo le vendió 6 lotes en Las Golondrinas a Dual Core. El boleto de compra-venta lo firmó Daniela Souza. “Pedíamos $ 100 mil pero como no tenían servicios los vendimos baratos, a 60 mil en efectivo aunque queríamos un poco más”. El Grupo Correa preguntó por el campo entero pero “lo que estaba en venta era sólo esa fracción”. Nunca vio a los compradores en persona.
Luego declaró Claudia Zafaroni es esposa de Leonardo Aquilanti. Conocía a la pareja Correa-Souza. Él le ofreció uno de los 6 lotes. “Quedó todo en la nada porque lo fuimos a ver y no me gustó el lugar, me desilusionó”.
Un amigo
Hace 10 años que Sergio Río es amigo de Correa. Vive en Avellaneda. En 2010 “Diego me comenta que iban a licitar lotes en Playa Unión. El proyecto me pareció interesante para edificar un complejo en una zona que crecía, me convenció”. Toda la gestión la hizo Correa. Río firmó un poder a favor de Jorge Godoy. Pero no lo conocía ni nunca pisó la Municipalidad de Rawson.
Abandonó la iniciativa por problemas personales. “Le cedí los derechos en 2014, en la Escribanía Liberman de Capital Federal por $ 208 mil en mano”. En esos lotes Correa levantaría su casa y los dúplex.
Río trabaja en Procom, una consultora que liquida impuestos. Nunca supo que Correa usaba la dirección de esa empresa para facturar su teléfono. Sí admitió que Procom le vendió a Dual Core un Fiat Palio Weekend. Firmó Souza y fue una transferencia de $ 140 mil.
Megaparrilla
Diego Fernández es el arquitecto que diseñó la parrilla para Playa Unión, valuada en $ 280 mil. “Me llamó Lüters por referencias de clientes míos. Era una parrilla de las más lujosas, al menos 3 metros de frente, acero inoxidable, con freidora y gas”. Le insistieron para que la instalación fuera “milimétrica” porque “si no funciona la parrilla, el ambiente se pierde”. Admitió ante el tribunal que “me extrañó que Lüters me llevara a Casa de Gobierno para cobrar la primera parte de $ 6 mil; el resto nunca me lo pagaron”.
La primera presidente
Luciana Cavallaro fue la primera presidente de Dual Core. El negocio no se movió. “Nunca tuvimos ninguna obra ni se generó nada ni nos convocaron a poder licitar”. Cristian, su exmarido, la llamó para que firmara la transferencia en una escribanía y se deshiciera de la empresa. “Ni pregunté a quién, fui y firmé”. Cuando leyó el Boletín Oficial supo que eran Natalia Mac Leod y Daniela Souza. “A la primera la conocía porque hoy soy la pareja del papá de sus hijos”. Luego supo que el motor de la compra era Correa.
Las escuchas valen
Por unanimidad, los jueces Alejandro Soñís, Marcela Pérez y Claudio Rolón validaron las escuchas telefónicas que se usaron en la causa y rechazaron el pedido de las defensas para declararlas nulas. Dijeron que proceso de grabación “cumplió con todas las garantías constitucionales”. Es imposible adulterar el material. Si la defensa está disconforme, puede pedir copias a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La discusión estalló cuando Omar López, defensor de “Tato” Ramón, le preguntó a Juan Carlos Núñez cómo obtuvo los CD´s. El comisario retirado dijo que los buscó en Comodoro Rivadavia. Firmó recibos pero sin actas ni presencia de los defensores. Aclaró que tenían código de barras y alfanumérico.
López y Damián D´Antonio pidieron de inmediato que esas grabaciones se declaren nulas y no sirvan como prueba. “No hubo cadena de custodia y esos CD´s se adulteraron invadiendo la intimidad”.
D´Antonio graficó que son 11 cuerpos con miles de fojas. “No encontramos un solo documento que indique quién y cómo hizo las grabaciones, cómo se almacenaron, a quién se entregaron y cómo se trajo. El testigo confirma que no se documentó nada”.
Explicó que al asumir la defensa de Souza, no la conocía pero sí su voz. “Las filtraron a la prensa sin ningún control. Es gravísimo y nadie está en condiciones de explicarnos absolutamente nada porque los errores son insubsanables”.
En plena discusión, Rodríguez le entregó a los defensores una cajita de cartón con los CD´s. La ignoraron y lo tomaron como “una sorpresa” ya que “es la primera vez que la vemos”.
El fiscal Williams respondió que el CD sale de una máquina grabadora a un sobre que ya incluye los códigos de seguridad. “Incluso los nuestros son copias fieles y encriptadas de los originales, que se guardan en el backup de la Corte y ahí está la cadena de protección”.
Rodríguez contó que los CD´s quedaron bajo llave en su oficina. No los graban personas sino máquinas llamadas “fonolas”, sin testigos. La CSJN “es la que tiene el control de esta evidencia. Hubiese sido más fácil y rápido pedir una copia de los originales para comparar. Es la primera vez que veo que un testigo no puede contar lo que sabe. Sucede es que no les gusta ni les conviene lo que dice”.
Eduardo Hualpa, de la ONG Iniciativa Ciudadana, miró a los acusados: “Aunque adherimos a la validez de las escuchas, está mal y repudiamos la filtración porque la vida personal de nadie es de interés comunitario ni penal”.