El expresidente de Francia Jacques Chirac ha fallecido «pacíficamente» este 26 de septiembre a los 86 años, según ha indicado su familia a AFP. Se reporta que el exlíder murió a causa de una prolongada infección pulmonar.
El expolítico conservador había fungido como mandatario del país galo por dos mandatos, entre 1995 y 2007, pero durante cuatro décadas se mantuvo como una figura de importancia en la política de esa nación.
En concreto, Chirac se desempeñó a mediados de la década de 1970 como primer ministro, para luego convertirse en alcalde de París desde 1977 hasta el año en que ocupó el puesto de jefe de Estado.
Chirac era conocido por su firme y desafiante postura contra la invasión estadounidense de Irak en un momento en que el 90 por ciento de los franceses simpatizaban con su política en contra de la guerra. Adicionalmente, siguiendo los pasos del exlíder Charles de Gaulle, se enfocó en prevenir un conflicto armado en Europa mediante una fraternal y estrecha unión económica y política con Alemania.
En Francia se le reconoció su capacidad de liderazgo ante una fuerte división de poder entre la izquierda y la derecha, pero alcanzó popularidad entre las masas gracias en parte a su imagen de una persona ordinaria que se preocupaba por los más vulnerables, como las personas con discapacidad, y les ayudaba sin buscar propaganda.
Su reputación, no obstante, había sido amenazada en 2011, cuando fue encontrado culpable de abuso de confianza y malversación de fondos públicos para financiar su partido político mientras dirigía la capital francesa, por lo que se le condenó a dos años de cárcel.
Chirac, no obstante, fue eximido de prisión por su condición de salud, y su popularidad se mantuvo en pie tras sus escándalos políticos y personales, en particular sus aventuras extramaritales.
Tras haber sufrido una afección vascular cerebral en 2005, el expresidente pasó la última década de su vida luchando con problemas de salud pulmonares por los que fue repetidamente hospitalizado.