El español, que este domingo buscará su 19º Grand Slam, avanzó a la instancia decisiva con su victoria frente al italiano Matteo Berrettini (24) por 7-6 (6), 6-4 y 6-1.
El español Rafael Nadal, número dos del mundo, se clasificó en la noche de este viernes por quinta vez a la final del Abierto de los Estados Unidos y mañana buscará ante el ruso Daniil Medvedev su cuarto título en Flushing Meadows.
El segundo favorito avanzó a la instancia decisiva con su victoria frente al italiano Matteo Berrettini (24) por 7-6 (6), 6-4 y 6-1 en dos horas y 35 minutos de juego en el estadio principal Arthur Ashe.
Nadal, campeón de las ediciones 2010, 2013 y 2017, buscará su decimonovena corona en un torneo de Grand Slam ya que también acumula un logro en Australia, doce conquistas en Roland Garros y dos en Wimbledon.
El español tiene un antecedente con el ruso en el circuito ATP y de carácter reciente, pues le ganó la final del Masters 1000 de Canadá por 6-3 y 6-0.
Medvedev, quinto favorito, venció previamente al búlgaro Grigor Dimitrov por 7-6 (5), 6-4 y 6-3 en la otra semifinal y se instaló por primera vez en su carrera en la definición de un torneo de Grand Slam.
El tenista moscovita, de 23 años, alcanzó la cuarta final consecutiva en el año, después del Masters 1000 de Cincinnati, que le ganó al belga David Goffin; y del Masters 1000 Montreal y el ATP de Washington.
Medvedev se convirtió en el primer ruso en alcanzar una final de Gran Slam de los últimos 14 años, ya que ningún otro compatriota lo había conseguido desde que Marat Safin llegara a la final del Abierto de Australia en 2005.
Tras un accidentado inicio en el torneo, con calambres en las primeros partidos y enfrentamientos con el público en tercera ronda y octavos de final, Medvedev admitió que no esperaba llegar a la final.
«Es una locura. Pero aquí estoy y estoy contento», admitió Medvedev, que se acreditó una bolsa de 1,9 millones de dólares por llegar al último partido en Flushing Meadows.
Dimitrov, número 78 del mundo, fracasó por tercera vez en su intento de alcanzar la final del un torneo grande, tal como le pasó en el Abierto de Australia (2017) y Wimbledon (2014).