La alimentación es uno de los temas que más falsas creencias entre quienes sufren este trastorno, advierten especialistas.
Se estima que uno de cada 10 sufren síndrome de intestino irritable (SII) en Argentina, un trastorno crónico del tubo digestivo que causa dolor abdominal, hinchazón y alteraciones del tránsito intestinal (en forma de estreñimiento o diarreas, según el caso), fuertemente vinculada al estrés y la mala alimentación. Por eso, la dieta es uno de los temas que más interés y falsas creencias despierta entre quienes lo padecen, lo que puede comprometer su salud nutricional al excluir ciertos alimentos en forma radical y a largo plazo.
«La alimentación es uno de los temas que más preocupan a los pacientes con síndrome del intestino irritable ya que muchos de los síntomas aparecen o empeoran con determinadas comidas o alimentos», subraya Anna Accarino, presidenta del Grupo Español de Motilidad Digestiva (GEMD).
«Es por eso que la dieta y los hábitos alimenticios de estos pacientes tienen un papel muy importante en su tratamiento, por lo que es fundamental que reciban un asesoramiento profesional integral e individualizado acerca de la conveniencia derestringir o no ciertos alimentos en su vida diaria«, sostiene.
En ese sentido, advierte que hasta dos de cada tres personas con SII relacionan sus síntomas con algún alimento. «Buscan con afán una explicación a su problema y designan como culpable a algún componente de su dieta, lo que las conduce a hacer dietas demasiado restrictivas«.
Según la médica, sólo habrá dietas de exclusión «cuando lo indique un especialista, quien se ocupará de la supervisión de la misma y marcará además su duración aconsejada y el momento preciso de la reintroducción de los alimentos restringidos».
¿Qué hacer entonces ante la sospecha de que un alimento en particular es la causa de los síntomas de la enfermedad? Accarino recomienda informar al médico para que investigue si puede existir alguna intolerancia. «En este sentido puede resultar útil llevar un diario en el que la persona anote lo que come y si tiene o no sintomatología».
En determinados casos, apunta, se indica una dieta pobre en FODMAPs, que limita el consumo de alimentos ricos en fructosa, lactosa, oligosacáridos como fructosa y galactosa, y azúcares alcohólicos. «Este tipo de dieta si bien puede reducir las molestias digestivas de forma importante puede generar déficits nutricionales y modificaciones de la microbiota intestinal si se mantienen a largo plazo», alertó.
Por otro lado, «hay datos bien demostrados de que una dieta equilibrada, variada, en cantidades moderadas, evitando el exceso de proteínas, grasas, alimentos procesados, y sin tabaco y alcohol, puede ser igualmente eficaz que una dieta más restrictiva como la dieta pobre en FODMAPs», explicó.
En tanto, Virginia Matallana, médica del Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, aseguró que, según diferentes estadísticas, el 20% de las personas con SII creen que la alergia a ciertos alimentos es el origen de sus síntomas. «Sin embargo, no se ha demostrado que exista asociación entre el SII y las alergias a alimentos inmunomediadas por IgE», indicó.
Por otro lado, a la hora de diagnosticar el SII los médicos deben descartar que no exista enfermedad celíaca latente o una mala absorción de la lactosa u otros azúcares. «Los síntomas que producen ambos trastornos son similares a los que sufren los pacientes con SII pero en estos casos existe una base orgánica diferente que los provoca», afirmó.
Lo cierto es que, según sostiene la especialista, «los síntomas del SII no suelen estar asociados a un alimento concretoy en la mayoría de los casos suelen ser aleatorios, es decir, una comida puede un día provocar molestias y otro día no».
Cinco mitos
Las especialistas desmontan las cinco principales falsas creencias vinculadas a la dieta en personas con SII:
Es falso que los pacientes que tienen SII no puedan consumir fibra. Se recomienda moderar el consumo de fibra insoluble (que se encuentra en el salvado de trigo, las verduras y los granos integrales) e incrementar el de fibra soluble (que se encuentra en el salvado de avena, cebada, nueces, semillas, lentejas, arvejas y algunas frutas y verduras). En cualquier caso, lo mejor es consultar con el especialista en aparato digestivo lo más conveniente en cada caso.
Tomar café no supone un riesgo para el desarrollo del SII. Lo que sucede con la cafeína y otras sustancias excitantes, como la teína o el alcohol, es que puede exacerbar los síntomas de aquellas personas que sufren esta patología.
El SII no se puede curar con un tipo de dieta especial. El SII es una enfermedad crónica por lo que cualquier consejo o remedio que se presente como curativo será falso. La dieta es un factor que puede alterar la función intestinal, y esto es lo que contribuye a generar los síntomas propios de la enfermedad. La etiología del SII es multifactorial, por lo que aconsejar una dieta baja en grasas y libre de estimulantes, entre otras sugerencias, ayudará a mejorar los síntomas, pero no debe ser el único tratamiento, sino un complemento.
Otras de las falsas creencias extendidas respecto a esta enfermedad es que si se tiene SII, no se pueden tomar lácteos. Aunque la prevalencia de intolerancia a la lactosa es igual en la población general que en las personas con este trastorno, se evidenció que los síntomas son más intensos en este subgrupo de pacientes. Por este motivo solo se recomienda hacer una dieta de exclusión de lácteos cuando se haya detectado objetivamente una mala absorción de lactosao bien cuando haya síntomas relacionados con el consumo de estos productos.
No se puede recomendar de forma general a todos los pacientes que dejen de consumir glutenporque no hay evidencia científica que lo apoye. Únicamente se beneficiarían aquellos pacientes que hayan sido diagnosticados con alguna de las enfermedades relacionadas con la ingesta de gluten: alergia al trigo, enfermedad celiaca o sensibilidad al gluten no celíaca, informó El Clarín.