El déficit llegaría a US$ 300 millones este año. Ideó alternativas que ya le generan US$ 198 millones extra.
La devaluación y el precio creciente en dólares del combustible que utilizan los aviones están impactando en Aerolíneas. A tal punto, que la línea aérea estatal que había previsto llegar al equilibrio este año requerirá entre250 a 300 millones de dólares en subsidios. La cifra es relevante pero es menos de la mitad de lo que se le destinó entre 2008 y 205 cuando el Estado aportó unos US$ 678 millones por año a la empresa. Pero en la compañía dicen que saben adaptarse a los tiempos que les ha tocado vivir.
Esto significa el desarrollo de nuevos negocios que ya le están aportando unos US$ 198 millones extra, además de lograr eficiencias para crecer al récord de 13,5 millones de pasajeros. No es poco en tiempos en que los viajes al exterior están vapuleados por el dólar alto y una fuerte competencia. Los directivos vislumbran una facturación de US$ 1.500 millones en 2019 y no oculta que son unos 200 millones menos que en 2018.
En la empresa con amplias oficinas en Aeroparque y envidiable vista al río de La Plata, se respira un atmósfera eléctrica. Desde los ingenieros llegados de la India que suman inteligencia artificial en los programas hasta los analistas de rutas parecen orientados a generar más ingresos. Cuentan que lograron una hora más de vuelo con cada avión de la flota y que tiene el máximo nivel de puntualidad de la Argentina con el 87%, que hace a la reputación de Aerolíneas, ya que es lo que más valora la gente. También impulsaron elhub Ezeiza para captar pasajeros de los países vecinos que ya representan el 20% de los vuelos internacionales.
Los nuevos planes abarcan desde el mantenimiento de aviones a terceros, el desembarco en la logística del comercio electrónico con los envíos de paquetes desde el exterior puerta a puerta y también en el mercado doméstico, además del relanzamiento de Aerolíneas Plus y convenios por millas con bancos. Otra iniciativa son los paquetes turísticos. “Es lo que se hace en el mundo y nos piden los clientes”, dice Máximo Amadeo, director comercial. Según sus proyecciones aportarán US$ 320 millones el año que viene,como si fueran viento en popa en un momento incierto. Amadeo explica con un red de distribución en 23 puntos del país, una agencia de viajes propia y talleres de mantenimiento que cuentan con las máximas calificaciones internacionales, Aerolíneas está en óptimas condiciones.
Cuando se le consulta si esos planes pueden seguir en caso de cambio de autoridades, responden que ese es el camino. “Se van a encontrar con el campo sembrado”, ironizó. Y añadió que hay mucho por hacer en una Argentina en la que pocos toman el avión: son la mitad que en Brasil y un tercio si se compara con Chile y Perú.
En cuanto a las rutas, la política es de pura flexibilidad en función de la rentabilidad, siempre cumpliendo con llegar a todas las provincias. Hoy vuelan 14 rutas más que en 2015 y en marzo agregan Orlando para la temporada de verano. Aerolíneas tiene 57 destinos.
Los directivos defienden la política de competencia. Y aseguran que Aerolíneas, lejos de perder se posicionó ya que el mercado creció 60% y la empresa un 40%. En cuanto a las tarifas, la disminución de precios en dólares es notable. Volar un tramo a Corrientes salía, por ejemplo, US$ 92 en 2015. Cayó a US$ 14 en la actualidad. Es lo que explica que la ruta a Mar del Plata, por citar un caso, haya crecido 161% ya que para muchos resulta más conveniente tomar un vuelo que ir en auto, informó El Clarín.