Pasaron los compromisos de la 10ª fecha de la Superliga para Boca y River, y ahora sí de aquí en más la expectativa sobre la semifinal de la Libertadores a jugarse el martes por la noche crecerá hora a hora.
Claro que no terminaron de la misma manera sus compromisos por el torneo doméstico. River dio una nueva muestra de carácter ante Arsenal (remontó una diferencia de dos goles) a pesar de jugar con un equipo alternativo, mientras que el Xeneize, que cayó 1-0 ante Racing, dejó el campo de La Bombonera lleno de interrogantes que deberá despejar en 48 horas si es que quiere llegar a la final de Santiago de Chile.
Aun cuando en un agónico arrebato de inspiración, de coraje o de azar venturoso, Boca hubiera alcanzado el empate con la Academia, la conclusión habría sido la misma: de cara al mano a mano con River el equipo no dio ninguna señal positiva.
Superado el lapso de una primavera de buenos resultados y de crecimiento en un par de fases de la Copa Libertadores y algunos tramos de la Superliga, Boca ha visto desvanecerse sus mejores atributos: orden, seguridad defensiva y aptitud para trabajar los partidos.
Ahora carece de todo aquello y tampoco tiene fluidez, capacidad de asociación, secuencia de pases y profundidad. En definitiva, no tiene volumen de juego.
Para el martes Alfaro duda entre Carlos Tevez y Mauro Zárate, quien ante Racing ingresó en el ST. Su actuación fue tan pobre que prácticamente se sacó del superclásico.
En River, que tiene una ventaja de dos goles las cosas están más claras. Marcelo Gallardo por estas horas sólo duda entre devolverle la titularidad a Nacho Scocco, autor de dos tantos contra Arsenal, o mantener a Matías Suárez.
La mayoría de los titulares llegarán en perfectas condiciones al desquite y sólo Martínez Quarta es el que ha acumulado más minutos ya que jugó todo el partido en Sarandí. River formaría con Armani; Montiel, Martínez Quarta, Pinola y Casco; Enzo Pérez, Nacho Fernández, Palacios y De la Cruz; Santos Borré, Suárez o Scocco.