El giro indica una fuerte derrota del Ejecutivo. El mandatario anunció también que mañana podría cancelar el estado de emergencia. Chile estaba hoy más sereno.
Todo sucedió en tándem. Temprano en la mañana de ayer, el Ejército anunció que levantaría el toque de queda en la región metropolitana, Valparaíso, La Serena y Concepción, medida que se tomó durante los últimos ocho días en varias zonas de Chile. Fue el primer retroceso del gobierno.
Hacia el mediodía, el presidente Sebastián Piñera suspendió el estado de emergencia, que regía en gran parte del país y anunció que podría eliminarlo totalmente este domingo. De inmediato pidió la renuncia a todos sus ministros. Consecuencias políticas de la masiva movilización de anteayer en Santiago, la que fue histórica: más de un millón de chilenos salieron a las calles.
Piñera habló en La Moneda, mismo lugar desde donde siguió de cerca la convocatoria el viernes. “Todos hemos escuchado el mensaje, todos hemos cambiado. Ahora tenemos que unir fuerzas para dar respuestas verdaderas, urgentes y responsables a esas demandas sociales de todos los chilenos”, arrancó.
Llama la atención el delay del presidente, sobre todo porque las cifras del Gobierno indican que hay 19 muertos desde que empezaron las protestas. Luego explicó que para normalizar el ritmo del país, cesaría el estado de emergencia. Y remató el mensaje: “He pedido a todos los ministros poner sus cargos a disposición para poder estructurar un nuevo Gabinete”. Todos estos anuncios fueron los que no hizo en su discurso del miércoles y que generaron un aumento de la protesta.
El estallido social arrancó hace nueve días con un aumento en el boleto del subte. Los reclamos no eran sobre el transporte, sino derechos que hacen a la calidad de vida de una sociedad desigual: educación gratuita e inclusiva, poder atenderse en un hospital público, que los jubilados no cobren una miseria, una nueva Constitución que asegure a los jóvenes, protagonistas de las manifestaciones, un futuro mejor.
El mandatario sacó a los militares a las calles por primera vez desde el retorno de la democracia en este país, en 1990. Ante la rebelión, después suspendió la suba del subte, que era la tercera del año. Y anunció aquel paquete de medidas que no conformaron y más tarde, ofreció disculpas públicas.
El pedido de renuncia a sus ministros tampoco conforma a los chilenos. Para muchos es “insuficiente”, “una burla” o “un parche”. “Es una decisión tardía, como lo ha sido muchas de las decisiones de este Gobierno y de la clase política en general. Esto no se trata de un asunto de derecha o de izquierda, es la élite política la que no ha sabido escuchar a la gente. Es tarde, no debía haber muerto un solo chileno, hay 19 fallecidos por la represión de los militares… no sobra ningún chileno en este país”, dijo a Clarín Richard Ortega, abogado.
Pedro Figueroa, encargado en un edificio, opinó: “Los ministros más conflictivos pueden conservar sus puestos: interior, transporte, salud, educación. Estos señores van a seguir, entonces… ¿cuáles son los cambios? Es un parche. Será que quieren subirse al carro de la victoria, que piensan que esto se está calmando. Pero hay que seguir movilizándose. A este señor (por Piñera) el poncho le quedó grande”.
“Nosotros no queremos que los ministros sólo salgan, queremos que todos salgan. No son los 30 pesos de aumento en el subte, son 30 años de abusos, de que mi papá se tenga que levantar a las seis de la mañana para ganar 300 mil pesos al mes (412 dólares) y que no alcance. Yo viajo cuatro horas en micro para llegar a mi trabajo y cuatro de vuelta: ocho horas para ganar 500 lucas (US$ 687). Tiene que haber una reforma constitucional. No sirve un cambio tributario, porque si le suben el impuesto al empresario, eso lo termina pagando el consumidor”, dijo José Espejo, ingeniero en marketing.
Para ponerlo en números, un estudiante universitario debe tomar un crédito con un banco para financiar su carrera. La deuda es a veinte años por 24 millones de pesos chilenos, lo mismo que cobra un diputado al mes. Un jubilado cobra 101 mil pesos mensuales (US$ 138). Con el aumento anunciado por Piñera, ganaría 20 mil más, lo mismo que cuesta almorzar en una zona comercial en Santiago. ¿Alquileres? Unos 200 mil pesos (US$275) cuando el sueldo mínimo es de 300 mil.
José María del Pino, periodista chileno, cree que el gobierno de Piñera terminó hace una semana. Y además, entre otras cuestiones, considera esto: “El presidente decide lo que debería haber hecho hace muchos días, que es solicitarle la renuncia al Gabinete completo. Quiere entregar una nueva música pero sin cambiar la orquesta, con músicos en los que la ciudadanía no cree. Piñera anuncia el cese del toque de queda y es cierto que hay una sensación de normalidad, pero es el tiempo que la sociedad necesita para ver cómo reacciona el Gobierno”.
Ayer fue un día tranquilo en la Región Metropolitana. Hay pocos carabineros cortando el paso, no se reportaron incidentes y unos 200 voluntarios se sumaron a la tropa municipal para limpiar la zona de la manifestación –Alameda, Plaza Italia y Santa Lucía, sobre todo–. Levantaron basura y baldosas rotas, y “borraron” pintadas.
También es cierto que fue un sábado de sol y que el día anterior la demostración de poder popular fue tan contundente que mejor guardar energías. La manifestación fue autoconvocada y su tamaño no ha tenido precedentes en la historia de la democracia chilena, informó El Clarín.