El ex presidente Carlos Mesa pide designar un nuevo órgano electoral que convoque a otros comicios, luego de que una auditoría señalara graves irregularidades.
Mientras crece la presión sobre el presidente de Bolivia luego de que una auditoría oficial detectara una cantidad de irregularidades en el proceso electoral en el que Evo Morales obtuvo una nueva reelección, el mandatario se mantiene firme: «No voy a renunciar», aseguró este viernes.
Las protestas contra el gobierno se extienden por el país y el líder opositor Carlos Mesa exige el llamado a nuevas elecciones.
El mandatario, quien se impuso en las cuestionadas elecciones del 20 de octubre y debe iniciar un nuevo mandato de cinco años en enero, respondió por adelantado a una carta que planea entregarle el lunes el líder del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, en la que le pide la renuncia.
Morales criticó a la oposición, que ahora ya no pide una segunda vuelta, «ni siquiera otras elecciones», sino que solo buscan «que se vaya Evo». «Seguramente sueñan que nos vayamos porque no se trata de Evo, se trata de este pueblo, y este pueblo no se va a ir del gobierno», remarcó, durante un acto en Desaguadero, en la frontera con Perú.
No nos ha temblado la mano para nacionalizar los RRNN. Por eso tenemos estabilidad económica para estas grandes obras. Ahora defenderemos pacíficamente la democracia y la paz social ante la arremetida golpista de grupos que fomentan violencia y enfrentamientos entre hermanos. pic.twitter.com/eba4mU8vAF
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 8, 2019
“La derecha que dice, ‘Evo tiene que renunciar’, quiero decirles a ustedes, hermanos, a Bolivia y al mundo, no voy a renunciar, somos electos por el pueblo, respetamos la Constitución, vamos a defender nuestro proceso», afirmó el presidente. Y desafió: «Convoco a todos nuestros movimientos sociales, a todos los sectores, profesionales, que están por la vida, igualdad, paz, justicia social, a defender nuestro proceso de cambio, nuestra revolución democrática-cultural y vamos a defender, hermanos y hermanas”.
Además, insistió en que lo que está haciendo la oposición «es un golpe de Estado».
La carta opositora
Camacho, líder del Comité Cívico de Santa Cruz -que reúne a empresarios y líderes sociales de la esa rica región que ha sido siempre un bastión opositor a Evo Morales-, llegó el miércoles a La Paz para entregar a Morales una carta, después de un primer intento fallido el martes, cuando manifestantes oficialistas lo cercaron en el Aeropuerto Internacional de El Alto y lo obligaron a regresar a Santa Cruz.
En las últimas horas, Camacho informó que el lunes irá al Palacio de Gobierno para entregar personalmente la carta. «Y no nos vamos a mover hasta que sea aceptada y el presidente renuncie», aseguró, en declaraciones recogidas por la prensa boliviana.
Su idea es ir acompañado por diferentes sectores opositores. Así, en una reunión celebrada el jueves en La Paz, se acordó que el resto de comités cívicos y el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) trasladarán sus movilizaciones a la capital.
Carlos Mesa reclama nuevas elecciones
En tanto, el ex presidente y principal candidato opositor en las elecciones del 20 de octubre, Carlos Mesa, exigió este viernes que el Congreso designe un nuevo órgano electoral que convoque a repetir las elecciones, tras la difusión de un informe que lo describió como «viciado de nulidad».
Mesa le envió una carta al vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, quien está al frente del Congreso, para que «pida a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley de emergencia para la reorganización del Tribunal Supremo Electoral».
El ex mandatario, que gobernó entre 2003 y 2005, hizo este pedido tras el crítico informe de la consultora panameña Ethical Hacking, contratada por el mismo TSE para hacer una auditoría informática a las cuestionadas elecciones del 20 de octubre.
«Mucho de lo que se encontró sustenta que el proceso electoral está viciado de nulidad», dijo el director de la compañía, Álvaro Andrade, citado por el diario Página Siete.
Mesa dijo en conferencia de prensa que «a lo largo de las últimas semanas se han hecho públicas investigaciones y evidencias muy claras del fraude. Pero, sin duda, la prueba más reveladora de lo afirmado es el informe de auditoría contratado por el Tribunal Supremo Electoral, a cargo de la consultora Ethical Hacking».
Según el ex presidente,«la conclusión final de la empresa Ethical Hacking es demoledora» y «cambia de manera dramática el escenario electoral, en cuanto hace a la auditoría de la propia OEA».
Una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) está haciendo una auditoría de los comicios, que fue rechazada por la oposición boliviana porque fue acordada con el gobierno de Evo Morales de manera «unilateral».
Mesa justificó su pedido de nombrar a siete nuevos vocales para el TSE «al haberse convertido el órgano electoral en el factor determinante de la convulsión y violencia social con grave daño para la paz y concordia».
Indicó además que los nuevos vocales del TSE deberían organizar de inmediato una nueva elección para que el próximo presidente asuma el 20 de enero, cuando concluye el actual mandato Morales, en el poder desde 2006.
Las protestas en Bolivia estallaron la misma noche de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre por la suspensión repentina de la transmisión de los resultados oficiales justo cuando mostraban una distancia de 7 puntos entre Morales y el candidato de la alianza de centroderecha Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa. Esa diferencia obligaba, según las leyes bolivianas, a una segunda vuelta electoral.
Pero cuando se retomó, casi 24 horas después, esa diferencia se había ampliado hasta los 10 puntos, lo que le daba a Morales la victoria en primera vuelta. Mesa denunció entonces un «fraude gigantesco». Ambos llamaron a la movilización de sus seguidores. Las marchas fueron pacíficas en un comienzo pero derivaron en enfrentamientos y violencia. Desde entonces murieron tres personas, más de cien quedaron heridas y más de 190 han sido detenidas, informó Clarín.