En la Plazoleta de los Inmigrantes se realizó ayer en Esquel un acto conmemorativo con motivo del trigésimo aniversario de la Caída del Muro de Berlín, en Alemania.
La actividad, organizada por integrantes del Gimnasio Alemán, contó con la presencia del Intendente Sergio Ongarato, funcionarios municipales, descendientes de la comunidad alemana y público en general.
Acompañaron al mandatario municipal la secretaria de Gobierno a cargo, Evelin Austin, y el secretario de Cultura y Educación, Damián Duflós. Es la primera vez que se organiza un acto en Esquel para conmemorar tan significativa fecha.
Convertido en símbolo de la guerra fría y de la división de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, el Muro de Berlín cayó hacia las 23 horas del 9 de noviembre de 1989, hace ahora 30 años. Todo un obstáculo fortificado y temible, erigido por la Alemania comunista en 1961 para impedir a sus ciudadanos el libre tránsito hacia el mundo occidental.
Desde la organización, Emmanuel Alarcón agradeció la presencia de autoridades y vecinos, y de todos los que colaboraron para la concreción del acto.
“Esta fecha significativa nos involucra a todos porque, precisamente se trata de no tener muros en la sociedad, que no haya nada que nos divida. Porque el objetivo principal debe ser estar todos unidos y en comunión. Por eso es importante poder conmemorar este momento tan importante hoy”, expresó.
Por su parte Nicole Bottcher, del Gimnasio Alemán Esquel, también agradeció a los presentes su asistencia y a la Municipalidad por su colaboración.
“Esta ha sido en parte una iniciativa de mis alumnos del gimnasio. Hacen ya 30 años que se cayó el muro de Berlín y es una fecha muy significativa. Yo soy alemana y hace seis años inauguramos el Gimnasio Alemán, con la idea de enseñar la lengua y la cultura alemana en esta ciudad”, señaló.
Asimismo contó, “yo nací con el muro, crecí con el muro hasta que se cayó. Hay muchos muros en el mundo. El de Berlín era muy diferente, era de cemento, de alambre. Yo lo conocí, teníamos familia del otro lado, les llevábamos escondidas latas de atún, de ananá, de durazno, porque eso no lo tenían ellos. También revistas. Las escondíamos abajo de la alfombra del auto. Si las encontraban nos las quitaban cuando cruzábamos la frontera para ir a la Alemania Oriental”.
“CON FUERZA, TRABAJO Y VOLUNTAD TODO ES POSIBLE”
“El 9 de noviembre de hace 30 años, yo estaba durmiendo y vino a mi casa un amigo a decirme que se había abierto el muro. Yo no entendía nada. Fuimos en moto a la frontera. Y era una fiesta en la calle, autos tocando bocinas, banderas, gritos. Era una fiesta del mundo”, relató Bottcher.
La caída del muro “fue una alegría para todos pero, después hubo que trabajar mucho para lograr la reunificación de las dos Alemanias. No fue fácil la integración y aún hoy es muy notable la diferencia. Pero con fuerza, con trabajo y voluntad todo es posible. Mi mensaje es que tratemos de no construir más muros. Tenemos que vivir con lo que tenemos y tratar de ser felices, tratar de ser más tolerantes”.
ANSIAS DE LIBERTAD
A turno, el Intendente Sergio Ongarato, contó que su abuelo materno era descendiente de alemanes “y sufrió mucho en su juventud por los horrores de la guerra, si bien él estaba en Argentina. Luego sufrió por la construcción del muro de Berlín, creado para dividir. Cuando cayó el muro, mi abuelo me dijo que por más muros que se hagan las ansias de libertad de la gente puede más. El pueblo alemán, después de todo lo que pasó, tenía esas ansias de libertad tan fuertes”.
“Esto creo que es el gran ejemplo que debemos tener respecto de la caída del muro de Berlín: el hombre pelea por recuperar su libertad. Una vez que la libertad se logra no es todo color de rosas, surgen cosas muy complejas pero el poder trabajar en conjunto es otro desafío. Creo que estos 30 años de la caída del muro de Berlín, nos invita a reflexionar y a aprender a valorar lo que tenemos”, concluyó.-