El Gobernador de Chubut necesita la anuencia del 75% de los bonistas. Los bonos están garantizados por un fideicomiso que recibe las regalías petroleras, por lo tanto no hay riesgo de default. La única alternativa sería ofrecer una tasa exorbitante.
Al igual que la Provincia de Buenos Aires, en Chubut aseguran que difícilmente Arcioni pueda lograr la adhesión del 75% de los acreedores para reperfilar el pago del Bocade 2026.
Sin embargo, a diferencia de Kicillof, el problema del gobernador patagónico no es el riesgo de default, sino que su objetivo es hacerse de fondos para financiar el inédito déficit fiscal que le impide cumplir con el pago de salarios.
El bono que se busca reperfilar está garantizado por un fideicomiso de garantía que lo maneja el Deutsche Bank y está fuera del alcance de la normativa argentina. El mismo recibe las regalías petroleras antes de que vayan a la provincia, con lo cual, se trata de un instrumento muy sólido.
“Es imposible que caiga en default. En Londres nos decían que era más seguro que el riesgo soberano. Los bonistas saben que su pago está asegurado y la única forma de que acepten postergar los vencimientos es si Arcioni les ofrece una tasa exorbitante. Porque además el propio prospecto de emisión indica que no se puede cambiar por condiciones no menos ventajosas”, explicó a LPO el dirigente chubutense Pablo Das Neves, quien fue uno de los artífices del lanzamiento de este bono bajo el mandato de su padre.
El cronograma financiero de este año contempla obligaciones por alrededor de 150 millones de dólares. Se trata de un monto relevante para las arcas provinciales, pero al estar asegurado por sus ingresos hidrocarburíferos, las miradas de los analistas están puestas en la deuda en pesos.
“Ahí sí Chubut tiene un riesgo de default grande. La provincia tiene endeudamiento en letras que han tomado a tasas exorbitantes. El otro día pagaron el 95% de tasa, donde el único comprador fue la Anses. Dependen de que Nación no les suelte la mano y les siga comprando estos papelitos”, agrega Das Neves.
Para Arcioni, la importancia de estas colocaciones radica en la urgente necesidad de financiar el déficit fiscal que ronda en torno al 20% del presupuesto. Es por eso que el gobierno mantiene pagos atrasados con proveedores desde el 2015 y todavía no terminó de pagar los sueldos del mes de diciembre.
“Hay una improvisación total. En diciembre se votó un presupuesto que contemplaba una déficit de 12.000 millones y a las dos semanas lo ampliaron a 37.000 millones. El año pasado la política salarial se utilizó con una finalidad electoral y hoy no pueden cumplir con esos convenios paritarios”, afirmó a este medio el diputado radical Gustavo Menna.
En este marco es que el gobernador anunció un paquete de leyes que implicaba un ajuste fiscal y una suba de impuestos. De los doce puntos del proyecto, tuvieron que retirar ocho porque no lograban consenso dentro de su propia fuerza. El más polémico era el congelamiento salarial por seis meses que despertó un gran rechazo social.
“Esta es la consecuencia de 16 años de gobiernos peronista que desperdiciaron los recursos más altos de la historia de la provincia. Las regalías representaban 100 millones de dólares anuales históricamente. A partir del 2006 pasaron a 500 millones, pero incrementaron la planta de empleados de 22.000 a 62.000”, manifestó Menna, así lo publicó El Comodorense.