Falleció en Montreal, donde residía. Era físico, filósofo y epistemólogo. Polemista, había dedicado su vida a refutar lo que consideraba pseudociencias.
El físico, filósofo y epistemólogo argentino Mario Bunge murió este martes en Montreal, Canadá, donde residía desde hacía décadas. Fue uno de los científicos argentinos de más renombre y citados a nivel global.
Bunge falleció a los 100 años. Tenía cuatro hijos. Había nacido en Florida oeste y sus padres fueron un médico y diputado socialista y una enfermera alemana.
Polemista, Bunge siempre cuestionó al marxismo, al psicoanálisis, al existencialismo, al posmodernismo, a las tecnologías, a las medicinas alternativas y, fundamentalmente, a todo aquello que no sea reconocido como ciencia.
Había sido profesor en las universidades de La Plata y de Buenos Aires hasta 1966, cuando debió exiliarse.
Durante sus años en el país, escribió varias obras, como un libro contra el psicoanálisis (una de sus obsesiones): «Marx vs. Freud» y la obra «Spartacu», un drama en verso, entre numerosos ensayos.
También fundó a los 19 años, en 1938, la Universidad Obrera Argentina, en la que los trabajadores recibían formación técnica y sindical, una experiencia que duró seis años y fue cerrada por la revolución del 43.
Desde 1984 era miembro de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia y, desde 1992, de la Royal Society de Canadá.
En 1982 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades. Le dieron más de 20 doctorados Honoris Causa en universidades de todo el mundo.
En la Argentina, recibió el Honoris Causa de la universidad de La Plata en 1986 y el premio Konex dos décadas más tarde, señaló Clarín.