La Real Sociedad ganó sin sufrir en Anduva y se plantó en la gran final de la Copa del Rey 32 años después. Con un once muy reconocible que llevan a los aficionados txuri-urdines a comparar a los Arconada, Zamora, Satrústegui, Periko Alonso, Gajate y compañía de los años 80 con los Remiro, Zaldua, Zubeldia, Oyarzabal o Mikel Merino del siglo XXI. Otro once de memoria que tanto en San Sebastián como en el resto de España empieza a recitarse de memoria.
EQUIPAZO. En mayúsculas, desde el portero al último integrante del banquillo. En esta Real Sociedad todos suman, todos aportan, todos juegan y juegan muy bien. Conjunto serio, fiable y que ya está en la final de la Copa del Rey por méritos propios. No dio opción alguna al Mirandés a pesar de llegar a Anduva con un resultado escaso y en todo momento vio peligrar su presencia en la final de La Cartuja.
Más allá de Oyarzabal, Januzaj, Odegaard o Isak, el artista y el mejor de esta Real Sociedad es su entrenador, Imanol Alguacil. Principal responsable de formar un equipo, de ser fiel a su idea de juego y de gestionar una plantilla que ha llegado a ser la mejor del club donostiarra en los últimos años. Sin dar titulares, sin hacer ruido y sin crear polémicas, Imanol Alguacil es un peazo entrenador y el tiempo solo dirá hasta donde puede llegar este equipo con tiempo, paciencia y plenos poderes sobre los jugadores. De momento a la final del torneo copero 32 años después.
A 100 días de iniciarse la Eurocopa en esta Real Sociedad hay muchos nombres que pueden no solo sonar para la lista de Luis Enrique sino formar parte de la convocatoria que pelee por alzarse por título de ser campeón de Europa el próximo verano. Mikel Merino, Remiro, Zubeldia o Zaldua hacen que esta Real sea muy nacional.
Era el minuto 51 de partido, el Mirandés necesitaba dos goles para forzar una prórroga y seguir con vida en la eliminatoria y seguir teniendo al alcance de la mano el sueño de disputar la final de la Copa del Rey, y un rechace recogido porGuridi tras un saque de falta y despejado casi bajo palos por Zubeldia supuso la mejor ocasión del partido para el conjunto de Iraola. Puede ser jugar un poco a fútbol ficción pero de haber entrado ese remate el partido habría sido otro.
Una mano que acabó con todas las ilusiones de un club y de una ciudad. Al borde del descanso, en un centro lateral que no entrañaba demasiado peligro y que incomprensiblemente Malsa lo cortó con la mano yendo al suelo. Penalti indiscutible que prácticamente ponía punto y final a la aventura del Mirandés en la Copa del Rey. Una mano que nunca debió aparecer para las ilusiones del Mirandés.
Ponerse en pie para ovacionar al Mirandés tanto a su plantilla como al club, a Iraola y su cuerpo técnico, a la ciudad de Miranda de Ebro y a Anduva por volver a creer en la Copa del Rey, por volver a ser revelación en el torneo del KO, por haber dado vida a un nuevo formato y por haber hecho una temporada más que la afición española al fútbol se hiciera un poquito del conjunto rojillo y haber puesto de nuevo en el mapa a Miranda de Ebro y a Anduva. Felicidades por su trayectoria en esta edición de Copa del Rey.