“Esta es una crisis como ninguna otra. Nunca en la historia del FMI hemos sido testigos de que la economía mundial se paraliza. Estamos en una recesión y es mucho peor que la crisis financiera. Es una crisis que requiere que todos nos unamos. La OMS está aquí para proteger la salud de la gente; el FMI para proteger la salud de la economía mundial. Las dos están bajo amenaza y solo unidos podemos hacerle frente”, aseguró Gueorguieva.
“En mi existencia, esta es la hora más oscura de la humanidad, una gran amenaza a todo el mundo y se requiere que estemos unidos”, insistió Georgieva, economista búlgara de 66 años, quien el año pasado se convirtió en la titular del FMI. Aseguro que el FMI tiene desplegado el total de su capacidad financiera de un billón de dólares para esta emergencia.
El organismo está dando alta prioridad a economías emergentes y países en desarrollo, particularmente vulnerables por sus sistemas de salud frágiles, a lo que se suma el golpe económico. La demanda de financiamiento por parte de los países está haciendo historia en los 75 años de vida del FMI, dijo Georgieva. Unas 85 naciones han tocado la puerta del organismo hasta ahora, y de forma simultánea. En su página de internet, el FMI cuenta a 189 naciones miembros.
Georgieva estuvo presente en la conferencia de prensa diaria sobre el coronavirus que sostienen las autoridades de la OMS, cuando existen más de un millón de casos confirmados en el mundo, incluyendo más de 50.000 fallecimientos.
Su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que si las autoridades levantan antes de tiempo las restricciones y cuarentenas activadas para detener el contagio, el virus podría resurgir y el impacto económico sería más severo y prolongado.
Los precios del petróleo, en mínimos históricos
Tedros reconoció que para algunos países el alivio de deuda resulta vital para atender a sus poblaciones y evitar un colapso económico. Esta es un área de cooperación entre la OMS, el FMI y el Banco Mundial. Pero, advirtió que la mejor forma de flexibilizar las restricciones y mitigar sus efectos económicos es atacar al virus con las medidas ya conocidas y recomendadas. Identificar, hacer pruebas, aislar, tratar cada caso y rastrear cada contacto.
Financiar la respuesta sanitaria es esencial para salvar vidas y para la recuperación social y económica de largo plazo. Por ello, recomendó a las naciones enfocarse en tres metas: asegurarse que haya fondos suficientes para las pruebas de diagnóstico, recabar datos, activar campanas de información y comunicación.
En segundo lugar, que los gobiernos mantengan la paga de salarios a los trabajadores de la salud, y garantizar el financiamiento a instituciones de salud para comprar insumos médicos esenciales. También, remover barreras financieras para que los ciudadanos no retrasen o abandonen su tratamiento porque no pueden costearlo, complicando el control de la pandemia y arriesgando al resto de la sociedad.
Georgieva y Ghebreyesus insistieron que la pandemia tiene profundas consecuencias sociales y económicas, que es una lucha compartida, para proteger vidas y medios de vida.