El gobernador Mariano Arcioni dijo este lunes en conferencia de prensa que «estamos con demoras, pero siempre cuidando al trabajador», y adelantó cual líder generoso que «no vamos a ir por la baja de salarios».
Las declaraciones del mandatario profundizan la indignación de los trabajadores estatales, ya que un 50% no cobró los sueldos de marzo y ninguno de ellos percibió ni un peso por los salarios de abril. Para tener novedades, los empleados públicos y los jubilados deberán esperar al menos hasta el jueves.
«No vamos a ir por la baja de salarios», aseguró el mandatario provincial este mediodía respecto del potencial ajuste que podría producirse y que incluiría una reducción de los sueldos estatales en Chubut.
En paralelo Arcioni aseguró que «Estamos haciendo un esfuerzo enorme para seguir manteniendo el 100% de los salarios, siempre vamos a cuidar la estabilidad, estamos haciendo un esfuerzo para cumplir; es cierto, con demoras».
El gobernador Mariano Arcioni admitió lo obvio. La mitad de los estatales chubutenses (activos y pasivos) no recibió sus salarios de marzo y quedan pendientes todos los sueldos provinciales de abril; pero él se encargó ratificar que esta pagando «con demoras».
Tras aseverar que hace «un esfuerzo enorme» para cumplir con la totalidad de los salarios, Arcioni dijo que «Estamos con demoras, pero siempre cuidando al trabajador». Sus afirmaciones parecen responder al duro golpe que recibió el pasado domingo cuando centenares de empleados públicos se manifestaron en plena cuarentena a lo largo y lo ancho de casi todo Chubut.
Antonena y los 2 mil millones
Por su parte, el ministro de Economía Oscar Antonena apenas se animó a prometer «novedades» para el próximo jueves cuando supuestamente se anunciaría el pago de marzo para el tercer rango del escalonamiento.
«Estamos trabajando para poder seguir cumplimentando», sostuvo Antonena y anticipó que el jueves «estaríamos dando un perfil del pago que tenemos que afrontar. El tercer rango implica 2 mil millones de pesos».
Sin plan político ni económico que permita atisbar una salida a la crisis cíclica de la provincia, Arcioni se ata al mástil de un barco sin timonel que apunta al iceberg, tal como el transatlántico Titanic.
La única opción a la que se aferra es la renegociación de la deuda, corriendo plazos hacia adelante pero sin ninguna garantía de que con eso alcance para pagar salarios en tiempo y forma o hacer funcionar con normalidad al Estado provincial.