Gustavo Hermida estará jurando hoy como nuevo ministro de Familia de Chubut. Asume en una cartera compleja y tras la escandalosa salida de Cecilia Torres Otarola, ahora imputada por presunto fraude y enriquecimiento ilícito.
No tendrá continuidad la planta política que estuvo durante la administración de la ex funcionaria echada del Gobierno. “Ya de por sí, en condiciones normales, es un Ministerio complejo que atiende necesidades básicas”, sostuvo Hermida ayer, atento a que hoy asumirá en el cargo.
Lo hace en circunstancias complicadas y no sólo por la investigación contra su antecesora, sino por la crisis económica y la afectación social por la pandemia de coronavirus y la cuarentena obligatoria.
Sin embargo, el ex intendente de Río Mayo aceptó la propuesta del gobernador Mariano Arcioni para ser ministro de Familia y “lo voy a hacer con toda responsabilidad”, indicó.
Como primer objetivo buscará “acomodar rápidamente el Ministerio puertas adentro para salir a trabajar de inmediato con toda la provincia”. Y atento al escándalo de los “ñoquis calientes”, Hermida dejó en claro que “llego solo al cargo”.
“Entiendo que todo el equipo de planta política no va a continuar”, sostuvo Hermida, quien pretende “revalorizar al personal de carrera que tiene mucho conocimiento”. Dijo que armará un equipo con el personal de carrera que “tiene muchísimo conocimiento; ellos son los que realmente saben el funcionamiento”.
Esta semana mantuvo una reunión con el Gobernador y con el ministro de Gobierno, José María Grazzini, “para ponernos de acuerdo en algunas cuestiones, tenemos que reorganizar subsecretarías y cuestiones operativas”.
Hermida se venía desempeñando como subsecretario de Obras Municipales, además como ex intendente de Río Mayo, mantiene una relación permanente con jefes comunales y municipios. “La idea es seguir en línea directa con todos los intendentes”, señaló El Comodorense.