Volvió el blindaje, y ahora son varios en el Juzgado Federal de Rawson los que cuidan que no trascienda nada de lo que está pasando en la causa por narcotráfico contra los hijos y la exmujer de uno de los propietarios del diario Jornada de Trelew, el millonario sindicalista Héctor Rubén González. Pese a ese casi impenetrable hermetismo, este portal de noticias logró confirmar con distintas fuentes que el proceso judicial tendría cuatro nuevos imputados y que eso complicaría la situación procesal de los González.
Aunque, no sería nada descabellado que fueran chivos expiatorios plantados en la causa –como en las películas de la mafia— para salvar de la cárcel a los González, quizás haciéndose cargo de lo que les endilgan a ellos, declarando –por ejemplo—que son los verdaderos dueños del bosque de marihuana, a cambio de una buena suma de dinero. Puede pasar. Más en esta sociedad, en la que pareciera que los malos siempre ganan.
Si esto realmente llegara a ocurrir estaríamos perdidos y no serían muchos los que por acción u omisión deberían hacerse cargo.
La ex mujer y uno de los hijos de González ampliaron su declaración indagatoria en una audiencia que se realizó el viernes pasado, de la que –obviamente—no trascendió nada. No se sabe qué dijeron, si declararon o no y en relación a qué fue la ampliación, aunque algunos conocedores del tema aducen que puede que el interrogatorio del juez haya girado en torno a la relación que tenían con los nuevos imputados.
Pero, ¿de dónde han surgido estos nuevos sospechosos? ¿Qué relación tienen con los hijos y la ex del sindicalista?
Según lo que pudimos averiguar, familiares de ellos no serían y entonces ¿por qué la Justicia los suma como posibles narcotraficantes a la causa?
Por lo pronto, lo que se conoce fehacientemente es que recién a mediados de setiembre el juez les estaría resolviendo la situación procesal a los González y también a los nuevos imputados que tiene el proceso judicial.
Las dudas siguen siendo siempre las mismas: ¿irán a la cárcel?
Con los delitos que les atribuyó el magistrado aquella primera ocasión en la que los tuvo enfrente, deberían estar ahora presos como cualquier hijo de vecino.
Hay que recordar que la causa penal en la que están sindicados como narcotraficantes se lleva adelante en el Juzgado Federal de Rawson, a partir de aquel inédito hallazgo que hizo la policía el pasado 19 de mayo, cuando les allanó la casa, una verdadera mansión situada en la zona sur de Trelew, y descubrió toda una estructura preparada para sembrar, cultivar y cosechar marihuana, aparentemente, con fines de comercialización para producir droga.
El procedimiento que tuvo repercusión nacional, fue llevado a cabo por personal de la División Drogas Peligrosas de Trelew, al mando del comisario Eduardo Alonso; en una imponente propiedad de la calle Cangallo al 100, ubicada a metros de una escuela primaria y en un barrio en el que antaño, curiosamente y como dato de color; vivieron varios jueces y funcionarios del Poder Judicial de Chubut, según recuerdan algunos vecinos.
En esa casa también supo vivir hace un tiempo atrás el (por ahora) “capo máximo” del Gremio de Luz y Fuerza de la Patagonia. Héctor González se domicilió ahí hasta antes de separarse de la mujer que hoy “está en problemas” junto a sus dos hijos.
Desde ese inmueble la policía –aquel 19 de mayo—se llevó más de un centenar de plantas de marihuana, unos quinientos plantines también de cannabis sativa y más de una decena de cactus “San Pedro”, una especie de la que –al igual que la marihuana– se extrae una sustancia altamente alucinógena.
A raíz de ese procedimiento, unos días después, en la Justicia Federal le imputarían a los hijos y la expareja del Gordo Héctor González los cargos de “comercio de estupefacientes”, “almacenamiento de semillas”, “cultivo de plantas para la elaboración de estupefacientes” y hasta “ejercicio ilegitimo del arte de curar”.