En pocas horas en Puerto Madryn, entre la Policía Federal y la Prefectura Naval Argentina secuestraron casi quince kilos de cocaína, de máxima pureza. La División Antidrogas de la Federal, por su lado, descubrió el lugar en donde vendían la droga; en un domicilio particular del barrio San Miguel y allí detuvo al “dealer”. Y la Prefectura incautó los ocho panes que trajo hasta el muelle Storni el buque que “misteriosamente” los pescó en alta mar.
Esto evidencia que la droga pasa, llega y sale de la provincia con una facilidad casi increíble y también deja al descubierto el discurso puramente declamatorio de quienes supuestamente deberían evitar que el narcotráfico se instale en Chubut. Lo de Massoni –claramente—es “vender humo” para los medios que por intereses puramente pecuniarios lo quieren posesionar como el paladín de la Justicia que irá a fondo contra la delincuencia.
Pero ese mensaje se cae enseguida cuando se lo confronta con la realidad. Massoni sigue diciendo que le quiere “dar una trompada en la cara” a la venta de drogas en la provincia y su policía no sale de “los porros” que le secuestran a algún jovencito desprevenido que anda con sus amigos en el auto.