Esta será una semana muy intensa en el Congreso. El senado deberá tratar este jueves la polémica reforma judicial propuesta por el presidente Alberto Fernández, un proyecto que la oposición rechaza de lleno, en primer lugar, por el momento elegido para implementarla: una crisis social y económica sin precedentes por la pandemia y los cimbronazos de cuarentena.
Es claro que Juntos por el Cambio sospecha de las verdaderas intenciones en la iniciativa oficialista que, según el Presidente, persigue un propósito noble: mejorar la administración de Justicia en la Argentina. Para la principal fuerza opositora, en cambio, esconde deseos de impunidad, atropellos y presiones a la prensa.
Y la oposición no anda con vueltas. Los legisladores de la oposición le reiteraron el pedido al Presidente para que retire el proyecto antes de que llegue a tablas, tras la masiva manifestación del 17A.
El jefe del interbloque de Juntos por el Cambio en Diputados, Mario Negri, afirmó que «cada día que pasa, el pronunciamiento de la política, la sociedad y los empresarios es adversa a la aceleración de un proyecto que pomposamente se llama reforma judicial».
En declaraciones radiales, el cordobés advirtió que la Casa Rosada «se empecina en convertir al país en el Triángulo de las Bermudas entre Vicentín, la reforma judicial y esta autocensura al periodismo», en alusión al inciso que establece que los jueces deben comunicar al Consejo de la Magistratura si reciben «presiones» de «poderes mediáticos».
En ese sentido, el referente de la UCR afirmó que el jefe de Estado «ha desordenado las prioridades de la Argentina» y le envió un mensaje: «Retire el proyecto, salga del nivel de tensión política y arranque de cero, buscando los consensos necesarios, estableciendo las prioridades del país».
Al ser consultado sobre cómo prevé que sea el tratamiento de la reforma judicial en el Senado, el dirigente opositor afirmó que ve «muy difícil» que la iniciativa sea aprobada en ese cuerpo legislativo.