En un comunicado, el titular del Ministerio de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, destacó que «el monotributo social permite tener factura para producir y vender, es la posibilidad de darle aire a las economías familiares y formalizar sus ingresos».
Del total de trabajadores registrados, el 29,3% se dedica al comercio popular; el 24,9% a la industria manufacturera y el 17,7% a servicios socio comunitarios.
Otro dato relevante es que el 70% de los 344.143 monotributistas sociales son mujeres.
Los datos surgen del informe estadístico del Registro Nacional de Efectores de la Dirección Nacional de Economía Social y Desarrollo Local dependiente de la Secretaría de Economía Social.
«A ese instrumento tributario, vamos a ir sumando acceso a crédito no bancario y acompañamiento técnico para que puedan dar un salto de escala. Apuntamos a generar 300 mil puestos de trabajo en los próximos meses», dijo el ministro de cara al futuro.
Por su parte, el director nacional de Economía Social y Desarrollo Local, Pablo Chena, precisó que «el Estado nacional reconoce actualmente, a través del monotributo social, los aportes jubilatorios de 240 mil mujeres y 100 mil hombres que trabajan en la economía popular».
En lo que respecta a las edades de las personas registradas como monotribustistas sociales, más de la mitad -58,92%- tienen entre 30 y 49 años; un 25,01% entre 50 y 65 años; mientras que los jóvenes entre 18 y 29 años explican el 14,92%.
Sobre la distribución geográfica, el informe revela que la provincia de Buenos Aires encabeza la tabla con casi 200 mil personas inscriptas (58,92%), seguida por Tucumán (7%), Misiones (4,67%), Santa Fe (3,05%) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (3,01%).
«El monotributo social sigue siendo el principal instrumento de formalización y de reconocimientos de derechos laborales para los trabajadores y trabajadoras de la economía popular en ramas como la Agricultura Familiar y Campesina, el Comercio Popular en Espacios Públicos, la Construcción e Infraestructura Social, la Industria de Procesamiento de Alimentos y Textiles, entre otros; así como también la Recuperación, el Reciclado, los Oficios Independientes y los Servicios Socio Comunitarios», describió Chena.
El informe detalla que el comercio popular y el trabajo en espacios públicos son los sectores de la economía popular que núclean a la mayoría de los inscriptos al monotributo social (29,3%).
En segundo lugar se encuentran las personas que cumplen tareas realacionadas con la industria manufacturera, con el 24,9%, en especial en el sector textil y la producción de alimentos.
En tercer lugar los servicios socio comunitarios, que alcanzan al 17,7%, donde se destacan las tareas relacionadas con las «Tareas de Cuidado».
A su vez, los servicios personales y otros oficios -como peluquería, limpieza, jardinería, informática, entre otras- suman el 12,7% del total de inscriptos, entre otros rubros.
El monotributo social está dirigido a quienes realizan una única actividad económica independiente o a aquellos que forman parte de una cooperativa de trabajo con un mínimo de 6 asociados y el costo mensual que paga cada inscripto es de $520,61.